La sospecha planea sobre la familia De la Reina en la novela de Sueños de Libertad. La tragedia familiar ha sido transformada en un embrollo de engaños, movimientos furtivos y secretos enterrados. Damián, el cabeza de familia, está persuadido de una incómoda verdad: su hijo Jesús no se suicidó.
Begoña y Andrés siguen las pistas de un extraño pago a Ricardo Górriz, mientras ciertos personajes son tragados por las sucesiones de un pasado que se resiste a quedar olvidado. En el próximo capítulo se discuten las claves de una narración que enlaza crimen y traición, redención.
3RELACIONES PELIGROSAS EN SUEÑOS DE LIBERTAD

Raúl, arrepentido por sus fallos en Sueños de Libertad, decide pedir perdón a María y solicitar la ayuda de Claudia para elegir un regalo, aunque esta, sospechando que para María no es más que un capricho, se rinde enseguida. A pesar de ello, pronto vienen a confirmarse las sospechas de Claudia: Raúl y María han vuelto a verse. Pero está vez se han quedado a solas en la cocina de los De la Reina como lo hacían antes. ¿Es amor de verdad o ha vuelto el juego del gato y del ratón?
Claudia los observa desde una distancia prudencial con una mezcla de preocupación y de rabia. Sabe que Raúl no es de fiar, pero también le parece que María disfruta con ese tipo de dramas. «No te metas donde no te ha llamado», le lanza Raúl en el momento en que se da cuenta de que los está observando. Pero Claudia no es la única que esté atenta. Manuela, la dueña de casa, escucha fragmentos de conversaciones y ve miradas furtivas. «Aquí huele a problemas», piensa, pero no dice nada. Después de todo, en esta casa, saber demasiado puede ser peligroso.
Andrés sigue avanzando con su investigación. Cuando llega a la parte donde halla un informe antiguo que relaciona a Górriz con sobornos y extorsión, Damián se queda pálido. «Jesús ha descubierto algo que no debía», murmura. La hipótesis se va fortaleciendo aún más: si Górriz fuese parte de una trama corrupta, y Jesús lo sabía, es factible pensar que su muerte hubiese podido ser un mensaje. «No fue un suicidio sino un asesinato», termina diciendo Damián, con los puños apretados. Pero demostrarlo significa enfrentarse a enemigos poderosos, enemigos que no son tales, y este vez, este una vez, no todos los De la Reina saldrán ilesos.