Cada vez que te subes al coche, compartes la carretera con miles de conductores y, aunque no lo parezca, existe un factor que multiplica el riesgo de un accidente: el adelantamiento en condiciones adversas. La DGT y la Guardia Civil han observado que muchas víctimas se producen en estas maniobras cuando la visibilidad o el agarre fallan.
Por eso, la DGT ha decidido poner freno a esta práctica prohibiendo adelantar en carreteras con nieve o hielo. No es una simple recomendación: está a punto de convertirse en Norma en el Reglamento General de Circulación, y traerá cambios de hábito que, sin duda, harán tus trayectos más seguros.
2¿Por qué adelantar en mal tiempo es tan peligroso?

Cuando la lluvia, la nieve o el hielo invaden la calzada, el agarre disminuye drásticamente. Un adelantamiento requiere pisar el acelerador, trazar un cambio de carril y luego volver con precisión. En estas circunstancias, la distancia de frenado se alarga hasta un 50 %, según la DGT, y cualquier despiste provoca un impacto inevitable.
Además, la visibilidad se reduce: niebla, copos o placas heladas dificultan valorar la velocidad y la posición de los vehículos que vienen de frente. Ese cóctel de factores convierte el adelantamiento en un riesgo que ya no convence a nadie.