Parece un enigma sacado de una novela de misterio, esa capacidad casi sobrenatural que tienen en Japón para disfrutar de una gastronomía rica y variada sin que la báscula se convierta en su peor pesadilla. Lo cierto es que detrás de esta envidiable silueta se esconde un secreto ancestral, una filosofía de vida aplicada a la alimentación conocida como Hara Hachi Bu, que se traduce aproximadamente como «come hasta estar al ochenta por ciento lleno». Esta práctica, lejos de ser una dieta restrictiva más, se erige como un pilar fundamental de su longevidad y bienestar, invitándonos a replantear nuestra relación con la comida y, sobre todo, con las señales de nuestro propio cuerpo.
La vorágine del día a día en Occidente nos empuja a menudo a comer con prisa, casi sin saborear, engullendo más de lo que necesitamos antes de que nuestro cerebro reciba la señal de saciedad. Este desajuste es precisamente lo que el método Hara Hachi Bu busca corregir, proponiendo una pausa consciente, un momento de escucha interna que nos permita detenernos justo antes de alcanzar esa plenitud que roza el exceso. No se trata de pasar hambre, ni mucho menos de renunciar a los placeres culinarios, sino de cultivar una moderación inteligente que, como veremos, trae consigo beneficios que van mucho más allá de mantener la línea y que podrían revolucionar nuestra forma de entender la nutrición.
3BENEFICIOS QUE TRASCIENDEN LA BÁSCULA: SALUD INTEGRAL A LA JAPONESA

Los efectos positivos de adoptar el Hara Hachi Bu van mucho más allá de la simple pérdida de peso o el mantenimiento de una figura esbelta, impactando de manera significativa en nuestra salud general. Al evitar la sobrecarga del sistema digestivo, se reduce la producción de radicales libres, moléculas inestables que contribuyen al envejecimiento celular y al desarrollo de diversas enfermedades crónicas, un factor que podría explicar en parte la notable longevidad de los okinawenses. Además, esta moderación calórica controlada ha demostrado en diversos estudios mejorar la sensibilidad a la insulina, ayudando a prevenir la diabetes tipo 2.
Un sistema digestivo menos estresado también se traduce en una mejor absorción de nutrientes y en una menor incidencia de problemas gastrointestinales como la acidez, la hinchazón o el reflujo. Al comer solo hasta el ochenta por ciento, permitimos que nuestro cuerpo procese los alimentos de manera más eficiente, lo que se traduce en mayores niveles de energía y una sensación general de ligereza y bienestar tras las comidas, en lugar del sopor y la pesadez asociados a las comilonas. Este enfoque del Hara Hachi Bu promueve un equilibrio interno que se refleja en una vitalidad renovada.