Cuando llega la primavera, muchos vivimos atrapados en una batalla diaria contra la congestión nasal, la picazón en los ojos y los estornudos sin fin. Esa sensación de no poder respirar a gusto ni un minuto puede arruinarte los paseos al aire libre y convertir un día soleado en una tortura constante.
Sin embargo, con unos ajustes sencillos en tu rutina y en tu hogar, puedes rebajar esa reacción exagerada al polen y volver a sentir la brisa suave sin miedo a un ataque de alergia primaveral. Te explico mis trucos favoritos, probados de verdad, para que recuperes el placer de admirar las flores sin renegar en cada inhalación.
7Alimentación y su papel en la alergia primaveral

Aunque no lo parezca, tu plato también influye en la alergia primaveral. Algunos alimentos contienen compuestos antiinflamatorios que ayudan a mitigar la reacción alérgica: el salmón rico en omega 3, los cítricos llenos de vitamina C o los frutos rojos cargados de antioxidantes.
Introducir esas comidas en tu dieta te ofrece un refuerzo interno que, sumado a los cuidados externos, te permite reducir la intensidad de los síntomas. No es la cura milagrosa, pero contribuye a que tu cuerpo gestione mejor el reto que supone respirar aire cargado de polenes.