miércoles, 21 mayo 2025

La vitamina esencial para tener huesos fuertes que la mayoría de españoles pasa por alto, según los expertos

Más allá del calcio y la vitamina D, esta vitamina K2 es esencial para la correcta absorción y fijación ósea, pero la mayoría de españoles la pasa por alto. Resulta casi paradójico que, con toda la información sobre salud y nutrición que manejamos hoy en día, un nutriente tan crucial para la fortaleza de nuestros huesos como es esta vitamina permanezca en una especie de segundo plano, casi olvidado por la gran mayoría.

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Hablamos constantemente de la importancia del calcio para tener una estructura ósea sólida, casi como si fuera el único protagonista de la película de la densidad mineral; mencionamos la vitamina D como su socio indispensable para que el calcio se absorba en el intestino, algo fundamental sin duda, pero parece que se nos escapa una pieza clave en este complejo engranaje biológico, una vitamina que no solo ayuda a que el calcio llegue al torrente sanguíneo, sino que guía ese calcio para que vaya exactamente donde debe ir: al hueso y no, por ejemplo, a las arterias. Esta omisión tiene consecuencias, y es hora de poner el foco en este elemento subestimado, cuya relevancia para la salud ósea es cada vez más clara a ojos de los expertos.

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LA VOZ DE LOS EXPERTOS Y LAS CONSECUENCIAS DE IGNORAR LA K2

Fuente Pexels

El consenso científico en torno a la vitamina K2 ha ido creciendo de manera constante en las últimas décadas, pasando de ser considerada una mera «vitamina» accesoria a un actor principal en la salud ósea y cardiovascular, un cambio de paradigma impulsado por numerosos estudios epidemiológicos y ensayos clínicos que han arrojado luz sobre su papel crucial. Los expertos en nutrición y metabolismo óseo señalan cada vez con más firmeza que la optimización de la ingesta de K2, particularmente en sus formas de menaquinona de cadena larga como la MK-7, debería ser una prioridad, especialmente en poblaciones de riesgo de osteoporosis o con problemas de calcificación arterial, ya que actúa en sinergia con otros nutrientes clave, potenciando la acción de la vitamina D y asegurando que el calcio se dirija al lugar correcto. Ignorar esta vitamina es, a juicio de muchos, desaprovechar una herramienta poderosa y natural para el mantenimiento de un esqueleto fuerte y unas arterias flexibles a medida que envejecemos.

Las consecuencias de una ingesta insuficiente de esta vitamina pueden ser significativas y se manifiestan a largo plazo, contribuyendo a la pérdida de densidad mineral ósea y aumentando el riesgo de fracturas, incluso cuando el consumo de calcio y vitamina D es adecuado, porque, simplemente, el calcio no se está utilizando de la manera más eficiente para construir hueso. Además, la deficiencia de K2 se asocia con un mayor riesgo de calcificación vascular, elevando la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, un recordatorio de que la salud ósea y la vascular están más interconectadas de lo que a menudo pensamos. Por ello, prestar atención a las fuentes de vitamina K2 y considerar si nuestra dieta nos aporta la cantidad necesaria es un paso fundamental para cuidar no solo la solidez de nuestros huesos, sino también la salud general de nuestro organismo en el largo plazo. Es hora de darle a esta vitamina el reconocimiento que merece.

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