martes, 20 mayo 2025

La vitamina esencial para tener huesos fuertes que la mayoría de españoles pasa por alto, según los expertos

Más allá del calcio y la vitamina D, esta vitamina K2 es esencial para la correcta absorción y fijación ósea, pero la mayoría de españoles la pasa por alto. Resulta casi paradójico que, con toda la información sobre salud y nutrición que manejamos hoy en día, un nutriente tan crucial para la fortaleza de nuestros huesos como es esta vitamina permanezca en una especie de segundo plano, casi olvidado por la gran mayoría.

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Hablamos constantemente de la importancia del calcio para tener una estructura ósea sólida, casi como si fuera el único protagonista de la película de la densidad mineral; mencionamos la vitamina D como su socio indispensable para que el calcio se absorba en el intestino, algo fundamental sin duda, pero parece que se nos escapa una pieza clave en este complejo engranaje biológico, una vitamina que no solo ayuda a que el calcio llegue al torrente sanguíneo, sino que guía ese calcio para que vaya exactamente donde debe ir: al hueso y no, por ejemplo, a las arterias. Esta omisión tiene consecuencias, y es hora de poner el foco en este elemento subestimado, cuya relevancia para la salud ósea es cada vez más clara a ojos de los expertos.

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ENTENDIENDO A LA “DESCONOCIDA” VITAMINA K2

Fuente Pexels

Cuando hablamos de vitamina K2, en realidad nos referimos a un grupo de compuestos llamados menaquinonas (MKs), y aunque hay varias formas, las más estudiadas y relevantes para la salud humana, especialmente la ósea, son la menaquinona-4 (MK-4) y la menaquinona-7 (MK-7), que se diferencian principalmente en la longitud de su cadena lateral y, por tanto, en su absorción, transporte y vida media en el organismo. La MK-4 se encuentra en algunos productos animales, aunque a menudo en cantidades que pueden no ser suficientes para optimizar los niveles de vitamina en el cuerpo, mientras que la MK-7 es producida por ciertas bacterias y se halla en alimentos fermentados, destacando el natto japonés como una fuente extraordinariamente rica, aunque no precisamente un básico en la dieta mediterránea tradicional, lo cual ya nos da una pista sobre por qué su ingesta podría ser subóptima para muchos.

La estructura química de estas menaquinonas les permite ser absorbidas y utilizadas de manera diferente a la vitamina K1, lo que explica por qué tienen una afinidad tan particular por los tejidos duros como el hueso y los vasos sanguíneos, donde ejercen su función reguladora del calcio, una función que la K1 no realiza con la misma eficacia. Mientras la K1 se dirige mayoritariamente al hígado para participar en la coagulación, la K2 tiene un tropismo más amplio, distribuyéndose por otros órganos y tejidos, ejerciendo su influencia silenciosa pero crucial en procesos que van más allá de evitar una hemorragia, como es la correcta disposición del calcio, un mineral que, mal ubicado, puede convertirse de amigo a enemigo silencioso. Conocer estas sutilezas es el primer paso para apreciar el valor de esta vitamina esencial.


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