miércoles, 21 mayo 2025

‘Valle Salvaje’: Adriana busca como deshacerse de Úrsula, su gran enemiga

La atmósfera en Valle Salvaje es tan espesa que llega a cortarse con un cuchillo. Lo que parecía ser unas tensiones ocultas han ido en aumento y han llegado a transformarse en una guerra abierta, donde cada personaje tiene un secreto que es capaz de volar por los aires el ya de por sí frágil equilibrio de la casa grande.

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Adriana, Victoria, Mercedes y el duque José Luis navegan entre mentiras y pactos ya caídos y el regreso del espectro de Pilara para cobrar su precio. En este capítulo, la confesión de Victoria sobre el asesinato de Pilara es un giro argumental, y la vela que incendia la pradera. Las palabras, una vez pronunciadas, no se pueden borrar en un lugar donde todos juegan a ser dioses de la verdad, ya que se convierte en la herramienta más letal.

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DUELO DE DAGAS EN VALLE SALVAJE

'Valle Salvaje': Adriana busca como deshacerse de Úrsula, su gran enemiga
Fuente: RTVE

El odio que existe entre Adriana y Úrsula en Valle Salvaje no es de hoy, sino que ha encontrado su catalizador en Rafael. Lo que empezó como una contienda por el poder ha degenerado en una guerra personal donde intercalan la ira con el deseo y la venganza. Adriana, asediada por el peso de los recuerdos de su affaire con Rafael, es consciente de que Úrsula podría utilizar esa información para destruirla. Ya no se trata de si saltará el escándalo, sino de cuándo lo hará.

Durante el enfrentamiento cargado de ironía y veneno, Úrsula lanza la primera piedra: «Julio merecía algo más que una mujer que en un momento traiciona su anillo». La frase no es un reproche, sino un misil. Adriana, en lugar de encogerse, pasa al contraataque con una sonrisa de hielo: «Al menos yo no me escondo detrás de los vestiditos de luto para ocultar mis miserias». El juego es muy peligroso porque ambas tienen mucho que perder… y más que ocultar.

Pero no solo Úrsula tiene información que puede comprometer, ya que Adriana conoce que la enemiga tuvo tratos oscuros con un comerciante de la ciudad que está vinculado a la muerte de un antiguo subalterno de la hacienda, con lo cual si la denuncia, no sólo quedaría empañada, sino que puede llevarla a los tribunales. Pero, jugar esa carta conlleva un riesgo si Rafael se da cuenta se puede volver en contra de las dos.

Mientras tanto, Rafael está a la expectativa. Su silencio no es pruebas de lealtad, sino de táctica. Está convencido de que si Adriana y Úrsula se desgastan mutuamente, él tiene la potestad de marcar el momento de actuar. Pero incluso los espectadores más cautos pueden terminar quemándose.


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