Este lunes se procedió al ritual de colocación de la primera piedra del acelerador de partículas IFMIF-DONES en Escúzar (Granada). Arrancó así el desarrollo físico de unas instalaciones llamadas a marcar un antes y un después en la carrera de una de las tecnologías del futuro: la fusión nuclear.
El acto contó con la presencia de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto a la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, y el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla.
El desfile de personalidades continuó con los embajadores de Croacia, Nives Malenica, y Japón, Takahiro Nakamae, quien firmó con Morant el memorándum de contribución entre España y Japón para el proyecto. También estuvo presente el rector, Pedro Mercado; el alcalde de Escúzar, Antonio Arrabal; y representantes de los 17 países y organizaciones involucrados en el proyecto, además de otras autoridades y representantes públicos.
IFMIF-DONES, LA PRIMERA PIEDRA HACIA LA UTOPÍA ENERGÉTICA
Hace unas semanas, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, se hizo eco del evento del lunes calificándolo como «hito fundamental» que «va a dar ya total certidumbre y a poner de manifiesto, de una manera absolutamente visible, que ya empiezan las obras de la que es la mayor inversión en la historia de España en materia científica y una de las principales de toda Europa».
Pero ¿De qué estamos hablando? Pues ni más ni menos que de lo que será la pica en Flandes de una de las grandes revoluciones de la historia energética. IFMIF-DONES son las siglas en inglés de Instalación Internacional de Irradiación de Materiales de Fusión – Fuente de Neutrones Orientada a Demostración. Detrás de este prolijo acrónimo se esconde un importante -y costoso- proyecto de energía de fusión llamado a ser uno de los pilares de la estrategia europea futura en este campo.
Ubicado en la localidad granadina de Escúzar, consiste en una infraestructura de investigación orientada a la evaluación, calificación y validación de los materiales que se utilizarán en futuras plantas de energía de fusión. De los hallazgos realizados en las instalaciones de Escúzar depende el avance de ITER, reactor experimental sito en Carabache (Francia) donde serán testeados los procesos que posteriormente se materializarán en DEMO (Demonstration Power Plant), el prototipo de reactor de fusión destinado a producir electricidad.
EL SUEÑO DE LA FUSIÓN NUCLEAR
Investigar, evaluar y realizar; tales son los respectivos propósitos de los tres centros, que forman un edificio, el de la energía de fusión nuclear europea, cuyos cimientos están en el enclave granadino. Una plaza científica de primer nivel cuyo desarrollo alcanzará un coste de 700 millones de euros, más otros 100 destinados a la puesta en marcha y a sufragar el coste de operación.
Todos estos recursos están orientados a un solo fin: que la energía de fusión nuclear sea una realidad más pronto que tarde. La fusión nos promete una entelequia: energía limpia, inagotable, barata y accesible.
Una definición sucinta del (futuro) proceso de generación de la energía de fusión nuclear podría ser la siguiente: imitar las reacciones internas de estrellas activas, como el Sol que nos alumbra. Tan sencillo en su planteamiento como inimaginablemente complicado en su ejecución.
LA ENERGÍA DE FUSIÓN IMITA LAS REACCIONES INTERNAS DEL SOL, PROMETIENDO UNA ENTELEQUIA: energía limpia, inagotable, barata y accesible
Las tremendas presiones y temperaturas presentes en el interior de las estrellas catalizan de forma natural la unión de núcleos de hidrógeno para formar helio. El ‘residuo’ de esta operación es una colosal cantidad de energía en forma de radiación electromagnética, que es en esencia la luz y el calor que nos da la vida.
En una entrevista con MERCA2, Ángel Ibarra, director del IFMIF-DONES, explicó que «la función de la fusión nuclear será, esencialmente, producir electricidad, con lo que su impacto se producirá en los sectores que dependan de la misma». No obstante, «habrá áreas que se beneficien enormemente de manera indirecta, como la investigación en superconductores, los ingenios para calentar plasma, las tecnologías de vacío o los materiales específicos, todos ellos productos que pueden ser exportados a un sinnúmero de industrias además de la fusión».