Conducir debería ser un momento de calma y concentración, pero hay un detalle de tu vestuario que puede arruinar tu trayecto en un abrir y cerrar de ojos. A diario, la Dirección General de Tráfico (DGT) y la Guardia Civil patrullan las carreteras para evitar excesos de velocidad, distracciones al volante y consumos indebidos de alcohol o drogas. Sin embargo, no solo tu forma de conducir o tus niveles de alcohol en sangre pueden llamar la atención: tu indumentaria puede levantar sospechas y convertir un trayecto apacible en un alto inesperado.
Hoy vas a descubrir por qué una simple gorra, unas gafas de sol inadecuadas o incluso el color de tu ropa se han convertido en señales de alerta para los agentes, de modo que un viaje tranquilo puede acabar en un vistazo al etilómetro o en un registro minucioso de tu vehículo.
9Negro total y sensación de ocultación

Un conjunto completamente negro camisa, pantalón y cazadora crea una atmósfera de sigilo que despierta la curiosidad de la autoridad. Esa apariencia de encubrimiento funciona como un imán para que te paren, porque “parece que vas a una operación nocturna”, apuntan algunos informes.
La Dirección asegura que incorporar al menos una prenda clara o un accesorio de color suave rompe esa idea de secreto y rebaja tus opciones de acabar en un control. Un panuelo blanco, unos guantes grises o incluso unos calcetines de color pastel pueden hacer la diferencia.