Conducir debería ser un momento de calma y concentración, pero hay un detalle de tu vestuario que puede arruinar tu trayecto en un abrir y cerrar de ojos. A diario, la Dirección General de Tráfico (DGT) y la Guardia Civil patrullan las carreteras para evitar excesos de velocidad, distracciones al volante y consumos indebidos de alcohol o drogas. Sin embargo, no solo tu forma de conducir o tus niveles de alcohol en sangre pueden llamar la atención: tu indumentaria puede levantar sospechas y convertir un trayecto apacible en un alto inesperado.
Hoy vas a descubrir por qué una simple gorra, unas gafas de sol inadecuadas o incluso el color de tu ropa se han convertido en señales de alerta para los agentes, de modo que un viaje tranquilo puede acabar en un vistazo al etilómetro o en un registro minucioso de tu vehículo.
6Calzado llamativo y pisada sospechosa

Arrancar con botas excesivamente altas, tacones imposibles o zapatos con suelas rígidas no es solo incómodo: genera dudas sobre tu destreza al volante. Los agentes valoran que tu pisada sea firme y natural para maniobrar el freno y el acelerador sin titubeos…
La DGT recomienda elegir zapatos planos de suela flexible, que permitan un contacto directo y seguro con los pedales. Con un calzado adecuado demuestras que llevas un control total de la conducción y reduces el nivel de sospecha en un abrir y cerrar de ojos.