lunes, 19 mayo 2025

La Promesa deja ir a una de sus actrices más icónicas a esta otra serie de Antena 3

La icónica actriz de La Promesa, Isabel Serrano, es una de esas actrices que hace de cada personaje todo un duelo de modos y contornos; de un intensamente dramático a uno sumamente inquietante. Actriz que recuerda a la perfección el proceso de su carrera, donde pasa de dramas familiares a escenas que provocan desasosiegos. La actriz vuelve a sorprendernos ahora dando el salto a una nueva ficción que nos acompañará en nuestra sala de estar.

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Serrano seguirá siendo, a ojos del público, la otra difícil Reina de La Promesa, al tiempo en que va haciéndose para la nueva propuesta de Antena 3 para 2025: La Encrucijada. Serrano es la artista capaz de hacer de mujeres fuertemente complejas, ambiciosas y necesarias en el plano emocional, y eso la reafirma como una de las grandes artistas de la ficción española.

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UN NUEVO DESAFÍO PARA ISABEL SERRANO

La Promesa deja ir a una de sus actrices más icónicas a esta otra serie de Antena 3
Fuente: RTVE

Si en La Promesa la ambición despiadada puede tener como sinónimo a Isabel Serrano, aquí se convierte en la Mónica Garza de otro personaje cargado de secretos y conflictos familiares. La encrucijada de Antena 3, adaptación de la exitosa Cesur ve Güzel turca, presenta una historia de amor y venganza, como en todo melodrama que se precie, y Serrano viene en este caso no solo a aportar peso dramático sino a demostrar una vez más su versatilidad.

Mónica Garza sí que es un reto interpretativo de otro corte porque ha de conjugar elegancia con salvajismo maternal, y esto se hace especialmente evidente en el choque de su personaje con el de su hija Amanda (Ástrid Janer). Las escenas que hemos podido ver en los adelantos hablan de una tensión contenida, donde el cruce de un simple apretón de manos o un suspiro hablan más que cualquier diálogo desarrollado.

Este tipo de papeles vienen a confirmar que Serrano saca lo mejor de sí misma cuando interpreta los claroscuros de la condición humana. El contraste con La Promesa es intencional. Mientras Leocadia hace uso de los abanicos y de los venenos verbales, Mónica sostiene móviles y decisiones empresariales, pero ambas coinciden en ese magnetismo que hace que sea imposible desviar la mirada.

La gran incógnita es cómo reaccionará el público: ¿verán a la actriz como una mujer del siglo XXI tras años ligada a los corsés y a las intrigas decimonónicas? De acuerdo con su trayectoria, la respuesta será un «sí» rotundo.


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