Lo que en La favorita 1922 empezó como celebración en el restaurante trovador de Félix Montenegro volvió tal que un terremoto de consecuencias imprevisibles. La irrupción de la policía en plena fiesta no solo paralizó la velada, sino que también puso al descubierto una serie de conflictos que prometen cambiar drásticamente el destino de todos los personajes.
El comisario Pastrana, de una forma tan decidida que dejó petrificados a sus contemporáneos, detiene a Elena bajo la creencia de que La Favorita, escondía actividades ilícitas. Este golpe de efecto conmociona los cimientos de La Favorita, mientras que desencadena todos los conflictos en cadena que darán lugar a vecinos indignados; relaciones que se romperán y secretos que estallarán.
3EL PESO DE LOS SECRETOS

Cecilia acoge el relato de Ana en sus manos y siente que se le inunda el corazón de resentimientos y de recuerdos; la historia de Ana, la angustia de Ana, la soledad de Ana le parece un espejo demasiado lastimoso en el que no se atreve a mirarse. Yo también pensé que no podría seguir adelante, cede Ana en confesar sintiendo que le aprieta con su mano entre las manos. Pero Cecilia no tiene la seguridad de ser tan fuerte como ella. Cada noche inundan su cabeza pesadillas de por otra, o todas las mañanas del día es un mar de dudas. ¿Es posible para ella el ser madre en esas condiciones?
Ana ha hecho algo bien, como no lo había conseguido en años. El soplo de su pasado le ha convertido en mujer dura, donde la fragilidad de Cecilia, sin embargo, ha conseguido disparar un instinto protector, amoroso e incluso maternal. «No tienes que afrontarlo tú sola», le dice, aunque sepa que está lejos de conseguir que ella lo comparta con la respuesta final.
Y Félix, cuando sabe el estado de su pareja e incluso de su amada, se empieza a cuestionar si realmente le tuvieron demasiada exigencia con ella. ¿Dejarla en Paz? ¿Intervenir? ¿Obligarla a que luche ella sola sus propias batallas? Un lamentable giro de los acontecimientos ya está golpeando a Cecilia. Una llamada telefónica de un número desconocido aportará el resto de la desgracia. Se trata de una voz distorsionada que la advierte: «Si continúas con esto, te arrepentirás».
Ella no sabe si es una amenaza o simplemente la manifestación de toda la angustia de su ser. Ana enterada de que la situación ha cambiado, no deja de lado su determinación: «Hay alguien que se está burlando de ti, esto no va a ser así», le dice con gran confianza. Sin embargo, el miedo ya está arraigado dentro de Cecilia. En el momento en que ella cree haber encontrado una pequeña pompa de oxígeno, la oscuridad se hace regresar con mayor fuerza. Y la pregunta continúa flotando en el aire: rendirse o luchar.