domingo, 18 mayo 2025

‘Una nueva vida’: Seyran y Ferit, más lejos que nunca

El amor verdadero carece de muros, no obstante, a veces el mundo intenta edificarlos. Más en Una nueva vida. La historia de Seyran y Ferit es un torbellino de pasión, sacrificio y fidelidad que quebranta las normas de dos familias atormentadas por el orgullo y los secretos. Lo que fue un romance prohibido, luego se convirtió en una lucha hacia la supervivencia, y en la que cada paso hacia el bien parece pagarse con dolor.

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Tras el intento de asesinato de Tarik, Ferit lucha por sufrir una recuperación, entre la angustia de los suyos, mientras Seyran soporta el peso de tener que ser considerada como la causante del sufrimiento de Tarik. Pero en plena crisis, surge lo inesperado: la redención. Kazim, quien fue un padre distante y calculador, surge como un defensor incondicional de su hija, desafiando a los Korhan con una valentía que nadie pudo presagiar.

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KAZIM, UN HÉROE INESPERADO

'Una nueva vida': Seyran y Ferit, más lejos que nunca
Fuente: Atresmedia

Algunas veces se presenta la redención, camuflada de urgencia en Una nueva vida. La llamada de socorro que parte de Antep de parte de Seyran no solo salva a Ferit, sino también despierta algo en el interior de Kazim. El hombre que antes había negociado a partir de tierras y honores llega a exigir algo más importante, la dignidad que había sido ya muy pisoteada en el pasado por las disputas entre ellos. Su enfrentamiento con los Corhan no solo simboliza una disputa familiar sobre su hija, sino que también representa una forma de reivindicación de la dignidad largamente pisoteada.

Mientras Halis va oscilando entre la rabia y la culpa, aparece Hattuc, la voz de la razón, y provoca lo inconcebible; justo después de calmar, de pronto, al patriarca. En ese diálogo hay más que enunciados; hay un reconocimiento tácito de que la venganza ya no era el único camino. Mientras tanto, Ifakat, la cual se acostumbra a dominar a partir de la ironía y del desdén, se encuentra con una Seyran que ya no retrocede; la joven no solo se defiende, sino que ataca y deja sin apoyo a su suegra frente a Halis.

La transformación de Kazim es tan grande que incluso produce perplejidades entre las propias filas del hombre. Cuando le ofrece a Ferit un hogar en Antep, no lo hace como argumento de negociación, sino que lo exhibe a partir de una trama de compasión. Su opinión muestra una verdad incómoda con la que las familias superiores son mucho más activas por las heridas pasadas que por la sangre.

La secuencia que ocurre en el hospital se erige como un claro punto de inflexión. Kazim, frente a médicos y Korhan, pronuncia sentencias que suenan como un eco de su propia transformación: «Mi hija no es un peón en su juego. Si Ferit la elige, también me elige a mí». Supera el desafío, es una manera directa de revertir las normas que tradicionalmente pertenecen a un juego hostil.

Suna, en la esquina, la que mira en silencio, llora por primera vez, porque nunca había registrado un padre defendiendo algo de esta forma, porque nunca había registrado un padre defendiendo algo con una energía tal. Halis, por primera vez, muestra síndromes de duda, encuentra las palabras de Hattuc en el aire, «¿qué pasará entonces con nuestro legado, cuando solamente sembramos el dolor?» resuena en sus oídos el viejo amigo.


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