Tras varios meses de incertidumbre sobre su estado de salud, Jordi González ha desvelado los detalles de una experiencia que lo ha marcado profundamente y que estuvo al borde de la muerte. Los seguidores del presentador de ‘DCorazón’ en TVE, que se habían preguntado por su ausencia tras su última aparición televisiva el pasado 7 de enero, ahora entienden la gravedad de la situación que ha vivido. En una entrevista exclusiva para la revista ‘Semana’, adelantada en el programa ‘TardeAR’, Jordi compartió la pesadilla médica y personal que atravesó desde principios de año, cuando un simple malestar se transformó en una lucha por su vida.
1«He pasado mucho miedo»

Todo comenzó tras un viaje a Colombia, un país en el que Jordi González tiene un apartamento en Medellín y donde suele pasar largas temporadas. Durante su estadía, el presentador experimentó lo que inicialmente parecía ser una gripe, pero los síntomas empeoraron rápidamente. La fiebre alta, una tos persistente y una debilidad extrema lo llevaron a ingresar en un hospital colombiano, donde los médicos le diagnosticaron una neumonía bilateral severa. Esta enfermedad, altamente peligrosa, fue la misma que padeció el papa Francisco en sus últimos días, y a la que se sumó una crisis renal que complicó aún más su estado. Jordi, con el tono calmado y reflexivo que caracteriza su personalidad, reconoció el miedo que sintió en esos momentos: “He pasado mucho miedo”, confesó, haciendo eco de lo angustioso que fue para él y sus seres queridos enfrentar la amenaza de la muerte.
El proceso de recuperación de Jordi González fue largo y lleno de incertidumbre. Los médicos, ante la gravedad de la situación, decidieron inducirle un coma para estabilizar su estado. Durante tres semanas estuvo en coma, y posteriormente pasó dos meses en la UCI. Primero en Colombia y luego, debido a la gravedad de su situación, fue trasladado en avión medicalizado a España, donde continuó su tratamiento. Según relató, los médicos llegaron a darle por perdido en varias ocasiones, dada la alta tasa de mortalidad de la bacteria que había contraído, que rondaba el 70%. «Hasta en dos ocasiones dijeron que se avisara a mi familia para que se despidieran de mí», reveló Jordi, lo que subraya lo dramático de la situación.