viernes, 16 mayo 2025

‘Sueños de Libertad’: Comienza la cuenta atrás para la caída de Don Pedro

El ambiente en Sueños de Libertad, con el aire cargado en Perfumerías de la Reina está resultando insoportable para el desarrollo de la actividad. En efecto, lo que inicialmente fue una pugna por el poder se ha transformado en una lucha por la mera existencia de la empresa. Don Pedro, el antiguo y bien considerado eje de la empresa, percibe cómo temblaría el suelo en el cual está apoyado.

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La posible pérdida del contrato con Galerías Miranda no supone simplemente un tropiezo comercial, si bien lo es; supone, quizás, el principio del fin de su reinado. Y por otra parte, Luis, una especie de prodigio de la perfumería, va hundiéndose en su propia obsesión y alejando las personas que, por una cierta influencia, son las más cercanas al mismo.

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DON PEDRO Y EL LÍMITE CON LA DERROTA

'Sueños de Libertad': Comienza la cuenta atrás para la caída de Don Pedro
Fuente: Atresmedia

Don Pedro ha dejado de ser el que era en Sueños de Libertad, llevándolo todo a los extremos. Sus movimientos eran antes como uno de esos que se va calculando al milímetro, pero ahora parecen desesperados. El intento de intentar comprar las acciones de Julia a través de María le desvela la debilidad que tiene para todo lo que ls leyes le dan; eso es lo que Andrés toma, no sólo ha hecho un intento de enfrentarle, sino que le ha puesto en evidencia su jugada más ruin y baja.

Damián y Andrés tienen un plan de ataque. La única que puede detener a Pedro será Digna, que es la matriarca que ha sido quien ha marcado el camino de una forma que parece haberlo tenido todo por años y años. La cosa es que no es fácil de convencer. Pedro no se deja engañar, juega: «Pronto seré parte de esta familia», reitera, aunque el mismo apela algo que quizás no ha estado nunca en su propio código de lealtades. La lucha no lo es por acciones, lo es por el alma de la compañía.

Luis vive, por su parte, en un mundo distinto. La prenda, su obsesión por el nuevo perfume lo ha vuelto un extraño para Luz, que no reconoce al hombre por el que se enamoró. Pero se vislumbra un atisbo de esperanza: parece llegar a la conclusión de que ha cruzado una frontera. El verdadero reto no consiste en salvar el perfume, sino en salvar su vínculo matrimonial.

Sintiendo como si las paredes de la oficina se cerraran a su alrededor, Pedro se da cuenta de que son cada vez más los que dudan del hombre que se encuentra en la dirección del Grupo, y su forma de ser se torna irritable en la misma medida que su miedo se incrementa. Marta, que fue larga parte de la historia que se contaría en ese capítulo, quien siempre había sido la incondicional de Pedro, se convierte en la mujer que lo mira, quien se interroga si ha apoyado al hombre equivocado.

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