Que los niños duerman lo suficiente no es un simple capricho de los adultos: es esencial para su desarrollo cognitivo y emocional. Una noche reparadora permite al cerebro procesar la información aprendida, consolidar la memoria y regular las emociones, de modo que al día siguiente lleguen al colegio más concentrados y con mejor humor. Si tienen problemas para dormir, sin un descanso adecuado, es normal ver bostezos constantes, despistes en clase y una mayor irritabilidad, tal y como suele ocurrir en la adolescencia cuando cambia el reloj biológico.
Además, el sueño influye directamente en la salud física. Durante el descanso se secretan hormonas de crecimiento y reparación celular. Si los niños no descansan entre ocho y diez horas diarias, su sistema inmunitario se ve debilitado, y aumentan las probabilidades de enfermar. Por eso, lograr que duerman bien es una de las bases para que afronten la rutina escolar y extraescolar con energía y optimismo.
6Gestión del estrés infantil para no tener problemas para dormir

A veces, los niños no duermen bien porque tienen preocupaciones o miedos… Hablar de sus emociones antes de apagar las luces, sin juzgar, ayuda a liberar tensiones. Compartir historias, anécdotas divertidas o simplemente escuchar sin interrumpir sus inquietudes les da la seguridad necesaria para relajarse.
Técnicas sencillas de respiración consciente o un breve ejercicio de relajación guiada pueden convertirse en rituales antes de dormir. Mostrarles cómo inspirar y espirar despacio les aporta herramientas para calmar la mente, especialmente en noches de examen o tras una jornada más estresante de lo habitual y así que los niñosno tengan problemas para dormir.