María Patiño atraviesa uno de los momentos más complicados de su carrera profesional. La presentadora, conocida por su temperamento firme y su trayectoria consolidada en el mundo de la crónica social, se ha visto envuelta en una polémica que ha desatado una cascada de reacciones tanto dentro como fuera del plató de La familia de la tele, el nuevo formato vespertino de TVE. Lo que comenzó como una ambiciosa apuesta por revitalizar las tardes de La 1 se ha convertido, en pocas semanas, en un auténtico quebradero de cabeza para todos los implicados, especialmente para Patiño, quien ha lanzado un mensaje claro y directo: “No quiero que se me utilice”.
1La situación de María Patiño en TVE

Su frase ha encendido todas las alarmas en el sector televisivo. No es habitual que una figura con su recorrido y responsabilidad al frente de un programa se pronuncie de forma tan tajante en público. Las declaraciones de la periodista gallega han llegado en un contexto marcado por tensiones internas, críticas al enfoque editorial del espacio y un evidente malestar entre los colaboradores. Lejos del tono festivo con el que se presentó el programa, las últimas emisiones han estado cargadas de incomodidad, miradas incómodas y silencios que dicen más que muchas palabras. El episodio vivido el miércoles 14, a las cuatro de la tarde, ha sido especialmente significativo.
Ese día, María Patiño se sentó junto a Belén Esteban, quien no ocultó su enfado por lo vivido la jornada anterior, cuando un desacuerdo sobre una ensaladilla rusa fue la chispa que encendió una tensión ya latente. Sin embargo, lo más grave no fue la anécdota culinaria, sino la confesión que Esteban hizo en directo: “No quiero estar en este programa”. Sus palabras, rotundas y visiblemente cargadas de emoción, revelaban un malestar profundo con el contenido del magacín y con la línea editorial que, según ella, repite fórmulas ya agotadas. La colaboradora pidió abiertamente un cambio de rumbo, señalando que no se sentía representada por los temas tratados ni por el ambiente que se respiraba entre bambalinas. Incluso mencionó que no reconocía el comportamiento de compañeros de largo recorrido como Kiko Matamoros.