Fumar dentro del coche sigue siendo legal, puesto que seguimos en un espacio privado donde cada uno marca sus propias reglas. Aun así, la DGT mantiene los ojos bien abiertos ante cualquier gesto que pueda poner en riesgo la seguridad. No es que te pidan apagar el cigarro, sino que vigilan si ese gesto provoca distracción o peligro.
De hecho, aunque el Ministerio de Sanidad eliminó la prohibición en su borrador, la normativa de tráfico sigue muy presente. La clave está en no convertir un espacio íntimo en una fuente de despistes y posibles accidentes que luego terminan en sanción.
6Visibilidad y humo en el vehículo

Más allá del gesto manual, el humo dentro del coche reduce la visibilidad. Es fácil subestimarlo, pero en túneles o horas nocturnas, un cigarro encendido puede empañar los cristales y nublar la atención. La DGT no lo pasa por alto y sanciona las maniobras peligrosas derivadas de la escasa visibilidad.
Reaccionar tarde a un peatón o a un vehículo puede ser la diferencia entre un susto y un accidente. Cuando el humo crea un ambiente opaco, no solo pierdes visión, sino que pones en jaque la seguridad de todos los ocupantes.