Fumar dentro del coche sigue siendo legal, puesto que seguimos en un espacio privado donde cada uno marca sus propias reglas. Aun así, la DGT mantiene los ojos bien abiertos ante cualquier gesto que pueda poner en riesgo la seguridad. No es que te pidan apagar el cigarro, sino que vigilan si ese gesto provoca distracción o peligro.
De hecho, aunque el Ministerio de Sanidad eliminó la prohibición en su borrador, la normativa de tráfico sigue muy presente. La clave está en no convertir un espacio íntimo en una fuente de despistes y posibles accidentes que luego terminan en sanción.
3El marco legal relevante de la DGT

El artículo 18 del Reglamento General de Circulación obliga al conductor a mantener la libertad de movimientos, campo de visión y atención permanente. Fumar puede comprometer cualquiera de esos tres pilares básicos, y de ahí surge la potestad de los agentes para sancionar. No es la nicotina lo que multan, sino la pérdida de control.
Cuando la DGT habla de “atención permanente”, se refiere a no apartar las manos ni la vista. Un cigarro en la mano puede convertirse en un riesgo que vulnera esa norma y justifica la acción sancionadora.