Fumar dentro del coche sigue siendo legal, puesto que seguimos en un espacio privado donde cada uno marca sus propias reglas. Aun así, la DGT mantiene los ojos bien abiertos ante cualquier gesto que pueda poner en riesgo la seguridad. No es que te pidan apagar el cigarro, sino que vigilan si ese gesto provoca distracción o peligro.
De hecho, aunque el Ministerio de Sanidad eliminó la prohibición en su borrador, la normativa de tráfico sigue muy presente. La clave está en no convertir un espacio íntimo en una fuente de despistes y posibles accidentes que luego terminan en sanción.
2Datos que explican el problema

España figura entre los nueve países de la Unión Europea con mayor porcentaje de fumadores diarios, un 19,7 % de la población. Esto convierte al tabaco en un elemento de riesgo real cada vez que se enciende un pitillo al conducir. La DGT vigila con atención esos despistes.
Las cifras hablan por sí solas y la estadística de Eurostat confirma que somos un país con un hábito que, al volante, implica distracción. Cada cigarro puede suponer un trecho recorrido a ciegas, y la DGT no va a pasar por alto esos metros sin control.