Este miércoles, la titular del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), Sara Aagesen, comparece ante el Congreso de los diputados para dar explicaciones sobre el apagón que paralizó el país entero durante varias horas. El encuentro se antoja más como un juicio político que como una sesión informativa, ya que, a dos semanas vista del suceso, los motivos del mismo están envueltos en las mismas tinieblas que el 28 de abril invadieron hogares, centros educativos, tiendas, oficinas y hospitales.
¿Cuáles fueron las causas técnicas? ¿Qué problemas de fondo llevaron a semejante situación? ¿Era razonablemente previsible un apagón masivo? ¿Se actuó con la celeridad adecuada? ¿Hemos sido víctimas de un ciberataque?; y, sobre todo ¿Podría volver a suceder algo similar? Aagesen tendrá que enfrentarse a estas cuestiones, y otras aún más afiladas, que le serán lanzadas desde la bancada de la oposición.
Además de la rendición de cuentas de la ministra, este miércoles también tendrán lugar las primeras votaciones en la Cámara Baja sobre el apagón. Un evento sin precedentes en la historia reciente de España cuya falta de respuestas no ha impedido que se convierta en un circo de rivalidades, aprovechamiento político y acusaciones cruzadas.
EL APAGÓN, CONTADO POR PEDRO SÁNCHEZ
A las 12:30 del lunes 28 de abril se desataba el caos: un súbito apagón dejaba al país entero a oscuras, paralizando el transporte público y el comercio, cortando las comunicaciones y haciendo del tráfico rodado un barullo sin sentido.
Red Eléctrica de España (REE) tomó las riendas de la situación, trabajando de forma coordinada con las empresas del sector para restablecer el servicio, empezando por los suministros más urgentes. El sistema eléctrico peninsular, explicó la compañía, había sufrido «un cero energético en la España peninsular y Portugal». A cuentagotas, el gestor del sistema actualizaba su web con pequeñas perlas de información sobre el proceso de recuperación, mientras el presidente de Gobierno brillaba por su incomparecencia.
Por fin, a las 18:00, casi seis horas después del apagón, Pedro Sánchez hizo acto de presencia. En su primera aparición, se limitó a dar directrices básicas como limitar el uso del móvil o evitar la propagación de bulos, hasta que a las 23:00 volvió a ponerse frente a las cámaras para comunicar los pormenores del cataclismo acaecido a mediodía: 15 gigavatios (GW) de energía eléctrica se habían desvanecido del sistema «en cinco segundos». En menos tiempo del que se tarda en estornudar, había desaparecido una medida energética equivalente al 60% de la demanda nacional.
LO QUE DICE REE: DOS INCIDENCIAS ANTES DEL SUCESO
Y a partir de aquí, la supina ignorancia. Las contenidas en los dos párrafos anteriores son las únicas certezas que tenemos, por el momento, sobre el mayor apagón eléctrico de la historia moderna de España. Con una sola excepción: en los últimos días Aagesen ha avanzado que se registraron tres incidencias en el sistema eléctrico apenas 20 segundos antes del corte. Y ya está, no hay más averiguaciones.
REE, gestora del sistema eléctrico de nuestro país, sigue a día de hoy realizando operaciones en la red para garantizar la estabilidad el sistema. Un ejemplo son las llamadas restricciones técnicas al Programa Base de Funcionamiento, un tipo de actuación reservado para situaciones críticas que supone un fuerte coste económico.
En los días posteriores al apagón, el enorme peso de las energías renovables en el ‘mix’ energético español fue señalado como posible causa del suceso, algo que fue negado tajantemente tanto por el gobierno como por ree
En los días posteriores al suceso, el enorme peso de las energías renovables en el mix energético español fue puesto en tela de juicio, con muchas voces que planteaban, sin prueba alguna, que el exceso de energías ‘verdes’ era lo que había sometido al sistema a un estrés excesivo, desembocando en la desconexión.
Redeia, el grupo donde está integrada REE, salió rápidamente al paso de estos rumores. Su presidenta, Beatriz Corredor, se ha mostrado contraria a la idea de poner la lupa sobre la presencia renovable en el mix para encontrar la raíz del apagón.
La directiva manifestó que «relacionar el incidente con las renovables no es correcto» y defendió la rapidez y eficacia de la empresa que preside a la hora de tomar las riendas de un suceso totalmente inesperado.
Desde el principio, y en clara consonancia con el Gobierno, Red Eléctrica se apresuró a desmentir que el apagón hubiera sido causado por un ciberataque o cualquier otro tipo de acto hostil contra nuestro país.
EL COMITÉ DEL APAGÓN
Tras el incidente, el Gobierno acordó la creación de un comité interministerial para esclarecer las causas. Además del MITECO, el grupo incluye al Departamento de Seguridad Nacional, el Ministerio de Defensa, con el Centro Nacional de Inteligencia y el Estado Mayor; el Ministerio del Interior, por medio del Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas y la Oficina de Coordinación Cibernética; y el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública.
La presencia en el comité de organismos vinculados a la ciberseguridad indica que el temor a que el apagón haya sido producto de un sabotaje se toma muy en serio, pese a que tal posibilidad haya sido desmentida oficialmente
En tan solo dos semanas el comité ha celebrado cinco reuniones, con la sexta prevista para el próximo martes en la sede del MITECO. La última junta, celebrada en la sede de Endesa, contó con la participación de José Bogas, CEO de la compañía, mientras que la cuarta tuvo lugar en las oficinas de Iberdrola, con la asistencia de su presidente Ignacio Sánchez Galán.
La presencia de organismos vinculados a la ciberseguridad indica que el temor a que el apagón haya sido producto de un sabotaje se toma muy en serio, pese a que tanto el Gobierno como REE lo han desmentido públicamente. De hecho, en la segunda reunión del comité, celebrada en la sede de Red Eléctrica, se acordó dividir las pesquisas en dos grupos de trabajo: uno dedicado a investigar la hipótesis del error técnico y otro para evaluar la posibilidad de un ciberataque.