Zorro, el hijo mayor de Frank Cuesta, ha decidido romper su silencio en un momento especialmente delicado para su familia. Tras años de mantenerse como el defensor más firme de su padre y posicionarse públicamente contra su madre, Yuyee, el joven ha reaccionado ante la revelación de uno de los escándalos más impactantes que ha sacudido a la figura del popular aventurero. Y es que Frank Cuesta, conocido por sus programas de televisión y su supuesto activismo animal, ha confesado esta semana que gran parte de su historia personal y profesional ha estado basada en una cadena de mentiras: no es veterinario, nunca ha tenido cáncer y el santuario que dirige en Tailandia no es exactamente lo que él había contado durante años. Esta revelación ha provocado un terremoto en su entorno, y Zorro, que siempre fue su escudero más leal, ha querido dar la cara para expresar su confusión y su frustración.
1Zorro ha roto su silencio

El joven, que se ha implicado personalmente en las labores del santuario y ha defendido en múltiples entrevistas la versión de su padre, ha confesado que ahora siente que su vida entera ha sido una mentira. En una reciente intervención en el canal de YouTube de Javi Oliveira, Zorro ha hablado sin tapujos sobre lo que vivió en su infancia, especialmente durante la detención de su madre y los años de prisión que cumplió. Según su testimonio, presenció en primera persona registros policiales y situaciones traumáticas que marcaron su juventud. Aun así, intentaba mantener una relación con su madre y acudir a verla cada semana a la cárcel, dentro de las limitaciones que le imponía su vida escolar. Su gran desilusión viene ahora al comprobar que, a pesar de todos sus esfuerzos por entender y sostener a ambos progenitores, tanto su padre como su madre han manejado las cosas desde una perspectiva completamente opuesta a la que él creía real.
En sus declaraciones, Zorro también ha cargado con dureza contra Yuyee, a quien acusa de falsear su versión de los hechos en entrevistas recientes emitidas en la televisión tailandesa. Desde su punto de vista, su madre está utilizando su historia con fines económicos y mediáticos, presentando una imagen que no se corresponde con la verdad. Asegura que ha vivido en carne propia muchas de las situaciones que ella relata desde una narrativa que, según él, siempre cambia dependiendo de su conveniencia. Además, remarca que no puede comprender su comportamiento actual, sobre todo en lo que respecta a la educación y cuidado de su hermana pequeña, Zen, de 14 años. Según Zorro, la niña vive prácticamente sola y sin atención materna, en una casa sin alimentos ni estructura familiar, mientras su madre lleva un estilo de vida que él califica de irresponsable y superficial.
Zorro insiste en que su padre ha cumplido religiosamente con las obligaciones económicas hacia Yuyee. Detalla que cada mes le entrega una cantidad suficiente como para cubrir los gastos del hogar, la alimentación, el agua, la electricidad y, sobre todo, la educación de sus hermanos. Sin embargo, denuncia que ese dinero no está siendo utilizado adecuadamente. En su relato, asegura que cuando necesitan ayuda económica, su madre alega no tener fondos, a pesar de que el dinero ha sido transferido con regularidad. Este desajuste ha alimentado su indignación, especialmente al comprobar que su hermana menor se encuentra desatendida, sin normas, sin rutinas, y con una madre ausente que llega tarde a casa y no se responsabiliza del día a día familiar.