martes, 13 mayo 2025

La psicosis del petróleo hunde los beneficios de la saudí Aramco

Las petroleras las están pasando canutas, y la todopoderosa Aramco, enseña de la monarquía saudí, no es una excepción. La compañía estatal de crudo del reino ha reportado una caída del 4,6% en su beneficio neto del primer trimestre, debido a las menores ventas y mayores costes operativos resultado de la incertidumbre económica que envuelve a los mercados del ‘oro negro’.

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Aramco, vehículo industrial del país que más petróleo exporta del mundo entero, registró un beneficio neto de 97.540 millones de riales saudíes (aproximadamente 23.300 millones de euros) en el período comprendido entre enero y marzo, superando la estimación mediana de 22.760 millones de euros proporcionada por la propia compañía, basada en las previsiones de 16 analistas.

Aramco confirmó dividendos totales de 19.183 millones de euros para el primer trimestre, de los cuales 196 ‘kilos’ corresponden a dividendos vinculados al rendimiento, un mecanismo introducido después del aumento de los precios del petróleo en 2022 tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

ARAMCO, EL MOTOR DEL PAÍS PETROLERO POR EXCELENCIA

El gobierno saudí posee directamente aproximadamente el 81,5% de Aramco, mientras que su fondo soberano de inversión, el Fondo de Inversión Pública (PIF), controla un 16% adicional. Durante décadas, Aramco ha sido el motor económico de Arabia Saudí, que proporciona generosos rendimientos al reino en forma de ingresos, pero también de regalías e impuestos. El petróleo representó el 62% de los ingresos reportados por Riad el año pasado.

Según informa Reuters, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estimado que Arabia Saudí necesita que el precio del petróleo se mantenga este año en el entorno de los 92,3 dólares por barril este año. La realidad actual del mercado, sin embargo, no puede ser más distinta: este lunes, los futuros del Brent se situaban en los 64,14 dólares por barril, y eso que se había producido una leve subida del 3,3% respecto a la jornada del viernes, después de que China y EEUU confirmasen que suavizarían sus aranceles.

EL FMI CALCULA QUE ARABIA SAUDÍ NECESITA QUE LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO SE MANTENGAN POR ENCIMA DE LOS 90 DÓLARES POR BARRIL, PERO ACTUALMENTE OSCILA EN LOS 64, Y NO FALTAN LOS VATICINIOS QUE DIBUJAN UN BRENT POR DEBAJO DE 60 DÓLARES

Desde que el pasado enero el Brent alcanzase su pico anual de 82 dólares por barril, el petróleo ha caído en picado. De hecho, no faltan las previsiones que dibujan un barril por debajo incluso de los 60 dólares, un precio que desarticularía hasta la más prudente de las estrategias.

Uno de los informes más inquietantes para los balances de las petroleras es el de Scope Ratings, que no descarta que el Brent, de desplomarse hasta esa sima, afecte gravemente a la calidad crediticia del sector.

La incertidumbre en el mercado del crudo viene determinada por el giro proteccionista de la política económica estadounidense desde que Donald Trump se sienta en el Despacho Oval, que ha minado la confianza empresarial y alimentado los temores a una recesión económica.

LA OPEP+ AUMENTA LA OFERTA

Por el lado de la oferta, las políticas de la OPEP+ (formada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y su ‘círculo exterior’, encabezado por Rusia) tampoco ayudan a los balances de Aramco. La organización ha confirmado sus planes acelerar sus planes de aumento de producción, entregando 411.000 barriles diarios (bpd) al mercado en mayo, en lugar de los 135.000 bpd previamente establecidos. Habrá más petróleo inundando los mercados, lo que arrastrará los precios aún más a la baja.

Paradójicamente, la OPEP es una entidad que opera bajo un claro liderazgo de Arabia Saudí, país que en los últimos años ha estado invirtiendo sumas astronómicas en el programa Visión 2030, destinado a diversificar su economía y hacerla menos dependiente del petróleo y del rendimiento de Aramco. Recientemente, ha estado construyendo o renovando 15 estadios para la Copa Mundial de fútbol 2034, el más destacado de los muchos eventos de envergadura que el reino albergará en los próximos años.

Sin embargo, el desplome del crudo ha provocado que algunas de las más ambiciosas iniciativas de la opulenta monarquía saudí -incluyendo The Line, un faraónico proyecto para construir una ciudad futurista en pleno desierto- se hayan puesto ‘en la nevera’ para priorizar iniciativas con retornos más inmediatos, como los eventos deportivos multitudinarios.

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