Vivimos tiempos complicados en el ciberespacio, donde la picaresca de siempre se ha disfrazado con tecnología punta para intentar colarse hasta la cocina de nuestras finanzas personales. La proliferación de estafas digitales, especialmente aquellas que suplantan la identidad de entidades bancarias o servicios de confianza, se ha convertido en una auténtica pesadilla para muchos ciudadanos que ven cómo sus ahorros peligran ante un simple clic desafortunado o un mensaje malinterpretado, algo sobre lo que la OCU lleva tiempo alertando con insistencia. Es una guerra silenciosa que se libra cada día en nuestros móviles y ordenadores, una batalla en la que estar bien informado es nuestra mejor coraza.
El ingenio de los ciberdelincuentes parece no tener límites, refinando constantemente sus métodos para que sus trampas parezcan comunicaciones legítimas y urgentes, buscando provocar una reacción impulsiva en la víctima. Ya sea mediante un SMS que apremia a actualizar datos bancarios bajo amenaza de bloqueo de cuenta o un correo electrónico que anuncia un reembolso inesperado que requiere nuestros datos para hacerse efectivo, el objetivo final es siempre el mismo: obtener nuestras credenciales de acceso o datos personales sensibles para saquear nuestras cuentas. La velocidad y la sofisticación de estos ataques hacen que la prevención y la cautela sean más necesarias que nunca, siguiendo las recomendaciones de organismos como la Organización de Consumidores y Usuarios.
4LOS GANCHOS MÁS COMUNES: DE PAQUETES FALSOS A PREMIOS INEXISTENTES

Los ciberdelincuentes adaptan sus señuelos a las circunstancias y tendencias del momento para maximizar su efectividad, yendo mucho más allá de la simple suplantación bancaria. Uno de los ganchos más recurrentes en los últimos tiempos es el relacionado con la entrega de paquetes, aprovechando el auge del comercio electrónico para enviar SMS falsos de empresas de mensajería que informan sobre una supuesta incidencia en la entrega (tasas de aduana pendientes, dirección incorrecta) que requiere un pequeño pago o la confirmación de datos a través de un enlace. La OCU ha alertado específicamente sobre la proliferación de este tipo de smishing.
Otros cebos habituales incluyen falsas notificaciones de la Agencia Tributaria sobre reembolsos pendientes que exigen introducir datos bancarios para recibirlos, supuestos premios de loterías o sorteos en los que no hemos participado, ofertas de empleo demasiado buenas para ser verdad que solicitan datos personales o incluso dinero por adelantado, o alertas de servicios populares como Netflix o Amazon Prime sobre problemas con la suscripción, buscando siempre obtener credenciales o información financiera bajo diferentes pretextos. La diversidad de estos engaños subraya la importancia de mantener una actitud escéptica ante cualquier comunicación no solicitada que requiera acción inmediata o datos sensibles, tal como recomienda la OCU.