El palacio de La Promesa se vuelve a transformar en un juego de intrigas, traiciones y amores ocultos en un capítulo que, sin lugar a dudas, mantendrá en suspense a sus espectadores. La verdad está escondida entre gestos calculados y miradas furtivas, pero Eugenia parece estar decidida a no dejarse engañar de nuevo.
Mientras Lope y Curro entran en un peligroso juego de apuestas y mentiras, el servicio hierve con conflictos no resueltos y Catalina sueña con un futuro que cuelga de un hilo. En el avance del capítulo 593, cada personaje peleará por sus metas, pero solo algunos conocen que el tiempo corre en contra.
3EUGENIA CONTRA LA TRAMPA

Lorenzo y Leocadia construyen su trampa con la paciencia de una araña, ya que Eugenia ha dejado de ser la mujer de antes, la mujer que ellos creían dominar. Su deseo de volverla a atrapar en el sanatorio se verá colisionado por una fuerza de voluntad irracional: la nueva Eugenia no se irá ahí sin al menos entender hasta dónde alcanza la oscura historia del palacio.
Todos y cada uno de los gestos de Lorenzo y todas y cada una de las palabras de Leocadia serán observados con el microscopio de una sospecha que ya no será reprimida. Leocadia, experta en el arte de manipular, inicia, desde el principio, un camino para instalar unas ideas-minúsculamente-dudas en el propio entorno de Eugenia. ¿Por qué tiene un gusto extraño la taza del té? ¿Quién posee la habilidad de desordenar las preferencias cuando ella no está?
Detalles insignificantes, pero que van a hacerla caer en la trampa de su propia locura. Sin embargo, Eugenia tiene una carta de triunfo que no existía antes: Curro. La madre y el hijo juntos pueden hacer antes que la trampa vuelva a cerrarse dar un sentido relacionado a la verdad.
Pero el peligro es inminente, y «en La Promesa la locura es un arma con la que los poderosos se lanzan contra quien no pueden silenciar», Eugenia lo sabe, pero no está sola. La complicidad con Curro será su más potente aliada, pero también su mayor posible flanco.
¿Le bastará la unión de ambos para ganar a los que desean verla caer? Mientras tanto, en el otro extremo del palacio, Catalina y Adriano hacen planes para alimentar un amor prohibido, Samuel guarda su secreto y Simona vive a caballo entre las lágrimas y las risas. El tiempo corre, y en La Promesa no podemos saber si el mañana repetirá el hoy.