Llega ese momento del año en el que toca darles una última vuelta y pensar en cómo guardar los abrigos hasta que vuelvan las temperaturas bajas. Es curioso cómo unas prendas tan voluminosas pueden suponernos un verdadero quebradero de cabeza cuando el calor asoma. Sin embargo, existe un truco al alcance de cualquiera que facilita esta tarea de forma sorprendentemente sencilla y eficaz.
No hace falta invertir en armarios extra o contratar un trastero. Basta con organizarse un poco y contar con materiales muy básicos para que esos abrigos de paño, cuero o plumas permanezcan inmaculados, listos para volver a lucir en otoño sin haber perdido un ápice de su forma o suavidad.
8Ventajas sobre cajas y bolsas convencionales

Frente al uso de cajas voluminosas o bolsas de plástico tradicionales, las solucones al vacío ofrecen una serie de beneficios adicionales. Su ligereza y flexibilidad facilitan el traslado de una temporada a otra, sin ruidos ni sobresaltos…
Cuando uno se decide a guardar los abrigos así, comprueba que el ahorro de espacio no es la única ventaja. La comodidad de manipular paquetes finos y resistentes, que no se rompen ni se deforman, marca la diferencia en hogares que buscan simplicidad y eficacia en cada rincón.