miércoles, 14 mayo 2025

La DGT revela la multa más tonta que te pueden poner en ciudad: 100€ por no hacer esto

El asfalto de nuestras ciudades es un hervidero constante, un escenario donde la prisa y, seamos sinceros, cierto grado de despiste al volante, campan a sus anchas. En medio de este trajín diario, surgen normativas y sanciones que a veces nos pillan por sorpresa, haciéndonos arquear una ceja y preguntarnos si realmente era para tanto; sin embargo, la DGT no deja margen a la interpretación en sus reglamentos, buscando siempre, o eso dicen, la seguridad colectiva por encima de las conveniencias individuales. Hay una multa en particular, recurrente en el entorno urbano, que muchos tildan de nimia o incluso «tonta», pero cuya ausencia puede costar cien euros y, lo que es peor, provocar situaciones de riesgo innecesarias que podrían evitarse con un simple gesto.

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Hablamos, cómo no, de la sanción por no señalizar adecuadamente una maniobra mediante el uso de los intermitentes. Puede parecer una minucia, un detalle sin importancia en la compleja coreografía del tráfico, pero la realidad es tozuda y las estadísticas de siniestralidad no mienten cuando apuntan a la falta de comunicación entre conductores como una causa frecuente de incidentes. Cien euros pueden parecer un castigo desproporcionado por olvidar mover una pequeña palanca, pero es el precio que la normativa establece para recordarnos que conducir es un acto de comunicación y anticipación constante, no un viaje en solitario ajeno a quienes nos rodean. Esta sanción, aunque percibida como leve, subraya una responsabilidad fundamental al volante que a menudo pasamos por alto en la rutina diaria.

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LA NORMATIVA DE LA DGT: NO SOLO MULTAS, TAMBIÉN SEGURIDAD VIAL

Fuente Pexels

Es fácil caer en la crítica fácil y ver a la DGT únicamente como un organismo recaudador, especialmente cuando nos enfrentamos a sanciones por infracciones que percibimos como menores. Sin embargo, es fundamental comprender que el conjunto de normas de circulación, incluido el uso obligatorio de los intermitentes, tiene un objetivo primordial que trasciende la mera sanción económica: la protección de la vida y la integridad física de todos los usuarios de la vía; el Reglamento General de Circulación establece un marco de convivencia y comportamiento diseñado para minimizar los riesgos inherentes al tráfico rodado, y cada artículo, cada obligación, responde a una lógica de prevención basada en la experiencia y el análisis de la siniestralidad.

La labor de la DGT abarca mucho más que la vigilancia y la imposición de multas. Incluye campañas de concienciación, programas de educación vial, mejoras en la señalización de las carreteras y la promoción de tecnologías que aumentan la seguridad de los vehículos; considerar la multa por no usar el intermitente como un simple afán recaudatorio es simplificar en exceso una realidad más compleja, donde cada norma busca fomentar conductas responsables y reducir las escalofriantes cifras de accidentes que aún se registran en nuestras carreteras. La sanción es, en este contexto, una herramienta disuasoria más dentro de una estrategia integral orientada a lograr una movilidad más segura para todos.


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