El asfalto de nuestras ciudades es un hervidero constante, un escenario donde la prisa y, seamos sinceros, cierto grado de despiste al volante, campan a sus anchas. En medio de este trajín diario, surgen normativas y sanciones que a veces nos pillan por sorpresa, haciéndonos arquear una ceja y preguntarnos si realmente era para tanto; sin embargo, la DGT no deja margen a la interpretación en sus reglamentos, buscando siempre, o eso dicen, la seguridad colectiva por encima de las conveniencias individuales. Hay una multa en particular, recurrente en el entorno urbano, que muchos tildan de nimia o incluso «tonta», pero cuya ausencia puede costar cien euros y, lo que es peor, provocar situaciones de riesgo innecesarias que podrían evitarse con un simple gesto.
Hablamos, cómo no, de la sanción por no señalizar adecuadamente una maniobra mediante el uso de los intermitentes. Puede parecer una minucia, un detalle sin importancia en la compleja coreografía del tráfico, pero la realidad es tozuda y las estadísticas de siniestralidad no mienten cuando apuntan a la falta de comunicación entre conductores como una causa frecuente de incidentes. Cien euros pueden parecer un castigo desproporcionado por olvidar mover una pequeña palanca, pero es el precio que la normativa establece para recordarnos que conducir es un acto de comunicación y anticipación constante, no un viaje en solitario ajeno a quienes nos rodean. Esta sanción, aunque percibida como leve, subraya una responsabilidad fundamental al volante que a menudo pasamos por alto en la rutina diaria.
3ROTONDAS, CARRILES Y APARCAMIENTOS: TERRITORIO COMÚN DEL DESPISTE AL VOLANTE

Las glorietas son, sin duda, uno de los puntos calientes donde el uso incorrecto o la ausencia total de intermitentes se hace más patente y problemático. Muchos conductores parecen olvidar que es obligatorio señalizar tanto la intención de abandonar la rotonda como los cambios de carril dentro de la misma, si los hubiera; la norma dictada por la DGT indica claramente que se debe activar el intermitente derecho para indicar la salida, y el izquierdo si se va a cambiar al carril interior, pero la práctica diaria demuestra que estas indicaciones se omiten con una frecuencia alarmante, generando confusión y situaciones de riesgo considerables. La correcta señalización en estos nudos circulatorios es fundamental para evitar colisiones laterales y facilitar la incorporación segura de otros vehículos.
Pero el olvido no se limita a las rotondas. Los cambios de carril en vías de varios carriles, las maniobras de adelantamiento, la intención de parar o estacionar, o la incorporación a la circulación desde un estacionamiento son otras situaciones cotidianas donde el intermitente brilla por su ausencia demasiado a menudo; cada una de estas acciones implica una alteración de nuestra trayectoria o velocidad que debe ser comunicada previamente al resto de usuarios, tal y como estipula el Reglamento General de Circulación promovido por la DGT
. No hacerlo, además de la posible multa de cien euros, supone una falta de consideración hacia los demás y una fuente potencial de conflictos y accidentes que podrían evitarse con un simple gesto automático y responsable.