En la era digital, el móvil se ha convertido casi en una extensión del cuerpo. Lo llevamos a todas partes, confiamos en él para gestionar prácticamente todo y, sin darnos cuenta, lo abrimos a un montón de riesgos invisibles. La suplantación de identidad no es ciencia ficción ni algo que le pasa a otros. Le puede pasar a cualquiera. Y cuando ocurre, el desconcierto es total.
La OCU lo ha dicho claro: las estafas por suplantación de identidad han crecido de manera alarmante. Y no solo es importante saber que se puede reclamar, sino también cómo hacerlo. Porque sí, hay un camino. Y la organización está decidida a que todos los consumidores lo conozcan…
3Una responsabilidad compartida que no puede pasar desapercibida

Cuando una empresa es víctima de una filtración, la ley le obliga a actuar. La Agencia Española de Protección de Datos tiene muy claro que las brechas deben notificarse sin demora. Y si no se hace, o si la protección ha sido deficiente, deben asumirse consecuencias.
La OCU ha pedido que se apliquen sanciones adicionales en estos casos. Porque no basta con pedir disculpas. Proteger los datos de los clientes es una obligación legal, no una cortesía. Y cuando no se cumple, alguien tiene que responder.