La serie turca que ha cautivado el mundo entero finaliza la primera temporada con un capítulo muy explosivo, amor y muerte se encuentran en un juego de poder despiadado.
Desde su estreno, una nueva vida ha ido creando una historia muy adictiva que mezcla la pasión, la ambición y las sombras de las tradiciones familiares.
Con un gran equipo de trabajo encabezado por Afra Saraçoğlu y Mert Ramazan Demir, la ficción ha conseguido lo que pocas: tener a millones de personas enganchadas, semana a semana, al qué pasará. El desenlace de la primera entrega no solo responde a las expectativas sino que las supera con creces, obligando a los personajes -y al público- a mantenerse al borde del abismo.
3TRAGEDIAS CRUZADAS EN UNA NUEVA VIDA

El capítulo final de la historia es algo que se basa en una concatenación de derechazos que dejan a los personajes —y al espectador— sin respiración. En Estambul, Pelin intenta suicidarse, aplastada por la culpa y la presión familiar. Halis, el patriarca todo poderoso, acaba sufriendo un infarto, aclarando así que ni las personas que creen ser las más fuertes estás a salvo del dolor.
Pero la escena más tremenda llega en Antep, donde Ferit y Seyran piensan que van a conseguir la libertad. En el momento en el que todo parece condescender, pero un disparo cambia la historia. Ferit queda malherido, mientras que Tarik termina alcanzado por los hombres de Halis que están en persecución, con un desenlace que promete ser mortal.
Las tragedias personales se entrelazan de forma feroz, siendo Pelin, al borde de la muerte, el símbolo del alto precio que se paga por vivir bajo el yugo del propio núcleo familiar. «Nadie me escucha, nadie me ve», escribe en una nota que deja antes de suicidarse, destapando la cara más oscura de una dinastía que es capaz de devorar a sus miembros.
Los secundarios también pesan.
Hattuc, el guardaespaldas fiel, se convierte en un ángel guardián para Seyran, arriesgando la vida sin dudarlo. «No te decepcionaré», asegura a Seyran, aquella promesa lo deja en un lugar opuesto a tantas traiciones que están al orden del día en esta trama. El final de temporada sirve de detonante, y no de cierre, con la vida a punto de acabar y las alianzas rotas, la segunda temporada ya se empieza a dibujar como la tormenta perfecta de venganza, redención y, quizás, de la última oportunidad para con Ferit y Seyran.