Comprar un coche nuevo hoy en día no es precisamente una decisión fácil. Y menos si hablamos de un coche eléctrico. Lo que parecía ser el futuro prometedor de la automoción ha tropezado con una realidad mucho más compleja: precios elevados, escasez de puntos de carga y una demanda que simplemente no despega. Pero donde unos ven problemas, otros ven oportunidades. Y ahí es donde entra el truco del que ha hablado la OCU.
Aunque hace unos años se auguraba una explosión de ventas de vehículos eléctricos, lo cierto es que las cifras actuales distan mucho de ese escenario ideal. En España, por ejemplo, ni siquiera alcanzan el 1 % del parque móvil. Y eso ha traído consecuencias inesperadas, entre ellas una caída vertiginosa en el valor de los coches eléctricos de segunda mano.
2Un desplome en el mercado de segunda mano

La sorpresa ha sido doble: no solo los eléctricos nuevos se venden poco, sino que los de segunda mano tampoco están encontrando compradores con facilidad. Al contrario de lo que ocurre con los coches tradicionales, que aguantan relativamente bien su valor en el tiempo, los eléctricos se deprecian con muchísima rapidez.
La OCU ha puesto cifras a esta caída. Según su estudio, un coche eléctrico puede perder hasta el 50 % de su valor en tan solo tres años, mientras que un coche de combustión convencional ronda una depreciación del 30 %. Y ahí es donde aparece la oportunidad.