lunes, 12 mayo 2025

Atresmedia recupera una de sus series turcas de mayor éxito hasta la fecha

Atresmedia va a revolucionar todo el panorama televisivo en cuestión de semanas. En un contexto audiovisual donde la inundación de materiales es cada vez mayor, pocas son las series que son capaces de dejar una huella indeleble en el corazón de la audiencia. Hermanos (título original Kardeşlerim) fue la serie turca que batió récords en Antena 3 entre 2022 y 2024 y ahora aterriza de nuevo, en la oferta de Nova, el canal rosa de Atresmedia.

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Su historia de superación, fidelidad familiar y emociones desbordadas, no solo batió récords de audiencia, sino que se convirtió en un modelo de toda ficción internacional. Este regreso no es solo un retorno, es una vuelta invitando a redescubrir o descubrir una historia que traspasó fronteras.

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UNA HISTORIA MÁS HUMANA QUE FICTICIA

Atresmedia recupera una de sus series turcas de mayor éxito hasta la fecha
Fuente: Atresmedia

Lo que hace única a Hermanos no es solo la historia llena de giros inesperados; también tiene que ver con su capacidad de exponer las contradicciones, incertidumbres y grandezas del ser humano. La trama se centra en Kadir, Ömer, Asiye y Emel, cuatro hermanos que tienen que enfrentarse a un entorno hostil, mientras lucha por no perder los lazos familiares que les unen.

Es una historia de huérfanos, pero también de héroes cotidianos que se levantan día tras día contra la adversidad. La serie supo evitar caídas en secretos de guion fáciles. Así, por ejemplo, en lugar de mostrarnos personajes perfectos, nos presentó personajes con debilidades, con errores y, en definitiva, con capacidad de perdón.

Kadir, el hermano mayor que interpretó el actor Celil Nalçakan, acabó convirtiéndose en el símbolo del sacrificio, mientras que Ömer (Halit Özgür Sarı) encarnó la rabia de la juventud, que empieza a chocar con los primeros rasgos de responsabilidad. Asiye (Su Burcu Yazgı Coşkun), y la pequeña Emel terminaron de dibujar una imagen de familia que resonó en millones de hogares.

Una de las grandes virtudes de la serie fue la atención a las relaciones de fraternidad, un tema que está muy poco desarrollado en la ficción canónica que suele dedicarse a las relaciones amorosas. La relación entre los hermanos Eren –la lucha, las complicidades y los momentos de dulzura– era tan auténtica que conectó especialmente con las familias numerosas.

La presencia de personajes secundarios como la maliciosa Nejat (Ahu Yağtu), que personifica la ambición desmedida, enriqueció el conflicto moral con la meditación de cuál es el límite de la violencia o hasta qué punto hay que considerar que el fin justifica los medios. Esa intercalación entre sentimientos a flor de piel y los tremendos instantes de luminosidad es otra de las huellas del buen hacer de la ficción turca.

El éxito de Hermanos no se midió solo en cifras, sino también en la capacidad de hacer sentir la identificación. La serie se vendió en 87 países, lo que demostró que las emociones no tienen pasaporte. A Latinoamérica llegó como el pasado fenómeno de los culebrones pero con las formas de la narración moderna y cinematográfica. Gracias series como esas, Turquía se ha convertido también en una gran productora y exportadora de historias con alma.

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