El auge de los patinetes eléctricos ha transformado el paisaje urbano de nuestras ciudades, ofreciendo una alternativa de movilidad ágil y, en teoría, sostenible. Sin embargo, esta nueva realidad ha traído consigo un incremento notable de situaciones de riesgo y un cierto caos normativo que la Dirección General de Tráfico, conocida por todos como la DGT, ha tenido que empezar a poner en orden para garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía pública. La convivencia entre estos Vehículos de Movilidad Personal (VMP) y el resto de actores del tráfico, desde peatones hasta automóviles, se ha convertido en un desafío que requiere normas claras y sanciones disuasorias para quienes las incumplen.
Y es que, entre el maremágnum de ordenanzas municipales y las directrices estatales, hay una cifra que resuena con especial contundencia en los oídos de los usuarios de patinetes: la multa de 1000 euros. No se trata de una exageración ni de un farol para asustar al personal; esta sanción es muy real y se aplica en casos específicos que la DGT considera de extrema gravedad, equiparando la irresponsabilidad al manillar de un VMP con la de conducir otros vehículos bajo ciertas circunstancias. Comprender a fondo cuándo y por qué se puede llegar a esta penalización máxima, así como el resto de la normativa aplicable, es fundamental para evitar sustos económicos y, lo que es más importante, para contribuir a una circulación más segura y respetuosa en nuestras calles.
4EL SEGURO A DEBATE: ¿ESCUDO OBLIGATORIO O ARMADURA RECOMENDABLE?

La cuestión del seguro de responsabilidad civil para los patinetes eléctricos es uno de los temas que más debate y expectación genera entre usuarios y administraciones, y la DGT es consciente de ello. A día de hoy, a nivel estatal, no existe una obligación generalizada para los usuarios particulares de VMP de contratar un seguro que cubra los posibles daños a terceros que puedan ocasionar en caso de accidente, aunque sí es obligatorio para las empresas de alquiler de estos vehículos. No obstante, algunas ordenanzas municipales ya han comenzado a introducir esta exigencia o están en proceso de estudiarla.
A pesar de que la obligatoriedad no sea universal por el momento, es altamente recomendable contar con un seguro de responsabilidad civil. En caso de provocar un accidente con daños materiales o personales a un tercero, el conductor del patinete será el responsable de hacer frente a las indemnizaciones correspondientes, que pueden alcanzar cifras muy elevadas. Un seguro, cuyo coste anual suele ser bastante asequible, ofrece una tranquilidad impagable y protege el patrimonio personal ante imprevistos, una medida preventiva que la propia DGT ve con buenos ojos y que podría regularse de forma más extensa en el futuro.