El auge de los patinetes eléctricos ha transformado el paisaje urbano de nuestras ciudades, ofreciendo una alternativa de movilidad ágil y, en teoría, sostenible. Sin embargo, esta nueva realidad ha traído consigo un incremento notable de situaciones de riesgo y un cierto caos normativo que la Dirección General de Tráfico, conocida por todos como la DGT, ha tenido que empezar a poner en orden para garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía pública. La convivencia entre estos Vehículos de Movilidad Personal (VMP) y el resto de actores del tráfico, desde peatones hasta automóviles, se ha convertido en un desafío que requiere normas claras y sanciones disuasorias para quienes las incumplen.
Y es que, entre el maremágnum de ordenanzas municipales y las directrices estatales, hay una cifra que resuena con especial contundencia en los oídos de los usuarios de patinetes: la multa de 1000 euros. No se trata de una exageración ni de un farol para asustar al personal; esta sanción es muy real y se aplica en casos específicos que la DGT considera de extrema gravedad, equiparando la irresponsabilidad al manillar de un VMP con la de conducir otros vehículos bajo ciertas circunstancias. Comprender a fondo cuándo y por qué se puede llegar a esta penalización máxima, así como el resto de la normativa aplicable, es fundamental para evitar sustos económicos y, lo que es más importante, para contribuir a una circulación más segura y respetuosa en nuestras calles.
3LA ACERA ES SAGRADA: LA LUCHA DE LOS PEATONES CONTRA LOS VMP

Uno de los puntos más conflictivos en la nueva ecología urbana ha sido, sin duda, la invasión de los patinetes eléctricos en los espacios destinados a los peatones. La DGT ha sido categórica en este aspecto, estableciendo una prohibición clara y contundente: los Vehículos de Movilidad Personal tienen terminantemente prohibido circular por las aceras, así como por las zonas peatonales, las travesías, las vías interurbanas, los túneles urbanos, las autopistas y las autovías. Infringir esta norma fundamental para la protección del viandante se castiga con una multa de 200 euros, una cantidad que busca disuadir de poner en peligro al eslabón más vulnerable de la cadena de movilidad.
Además de la prohibición de circular por las aceras, es crucial recordar otras limitaciones importantes para los usuarios de VMP que la DGT recalca. Estos vehículos están diseñados para ser unipersonales, por lo que transportar a un pasajero no está permitido y conlleva una sanción de 100 euros. Tampoco se permite la circulación nocturna sin el alumbrado y los elementos reflectantes reglamentarios, una infracción que también puede ser multada con 200 euros, ya que compromete seriamente la visibilidad del patinete y, por ende, la seguridad de su conductor y de los demás.