Gabriela Guillén no ha podido ocultar su reacción al ver una imagen reciente de Bertín Osborne en la que el cantante y presentador aparecía en traje de baño disfrutando del sol y del mar a bordo de su barco. A sus 70 años, Osborne ha acaparado titulares no solo por su polémica relación con la modelo y la paternidad tardía, sino también por la sorprendente imagen física que ha lucido durante esta escapada náutica. Las fotografías, publicadas por la revista Semana, lo muestran relajado, con poca ropa, con buena forma, generando una oleada de comentarios que no han pasado desapercibidos para Gabriela.
2Los problemas de Bertín Osborne y Gabriela Guillén

A pesar de las diferencias pasadas, Gabriela está dispuesta a dejar atrás los enfrentamientos. «Todo va marchando como tiene que ir», ha sentenciado, una frase que resume su estado de ánimo actual y su intención de avanzar sin conflictos innecesarios. Esta nueva actitud se ve reflejada en sus declaraciones, donde evita cualquier tono acusador o rencoroso, incluso al hablar de los momentos en que Bertín se mostraba reacio a asumir la paternidad. El paso del tiempo, la llegada de la calma y, probablemente, la presión pública han conseguido que el veterano presentador cambie de postura.
El gesto de Gabriela también podría interpretarse como una estrategia de acercamiento o, al menos, de cordialidad, con vistas a mantener una relación mínima por el bien del niño. Aunque Bertín Osborne ha dejado claro que no quiere implicarse profundamente en la crianza, su reciente acercamiento ya es considerado por muchos como un avance importante. La fotografía en la que se le ve relajado en el mar podría haberse interpretado como un gesto de indiferencia, pero Gabriela ha preferido verlo como una muestra de que el cantante está bien y, por tanto, en disposición de tener una relación más sana con ella y su hijo.
Con este nuevo tono conciliador, Gabriela Guillén da un paso firme hacia la madurez emocional. Lejos quedaron las tensiones públicas, los titulares sobre la supuesta negación de Bertín a reconocer a su hijo, y las insinuaciones sobre pruebas de ADN o acuerdos privados. Ahora, ella apuesta por la serenidad y por destacar lo positivo de quien, aunque reticente al principio, ha comenzado a ejercer al menos un pequeño papel en la vida de su hijo. Aunque no haya una implicación diaria, la sola presencia de Bertín Osborne en algún momento concreto ya supone un avance que Gabriela celebra con prudencia y alegría contenida.