domingo, 11 mayo 2025

‘Valle Salvaje’: Nadie conoce el paradero de Leonardo que ha desaparecido

El último episodio de Valle Salvaje mantendrá a los telespectadores con una presión en el pecho: Leonardo se ha evaporado y su ausencia amenaza con rascar secretos que muchas personas preferirían que se mantuvieran guardados en el fondo de un baúl; en un lugar donde las apariencias lo son todo, la misteriosa desaparición del joven no es sólo un drama particular, sino que un dispositivo de tiempo para los Gálvez de Aguirre.

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La intriga se intensifica con preguntas que no tienen respuesta. ¿Qué decían esas cartas anónimas que llegó a recibir Leonardo un par de horas antes de su desaparición? ¿Es que fue un accidente, una huida voluntaria o algo más siniestro? Mientras, la familia busca las respuestas que se han escondido en silencio, otros personajes aprovechan la situación para desarrollar sus propias historias y demostrando que en Valle Salvaje, cada comportamiento consiguen esconder un cálculo.

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UNA GUERRA SILENCIOSA EN VALLE SALVAJE

'Valle Salvaje': Nadie conoce el paradero de Leonardo que ha desaparecido
Fuente: RTVE

Mercedes dispone sus piezas en Valle Salvaje con la misma eficacia que una jugadora de ajedrez. La continuidad de su presencia en los eventos sociales pone en evidencia a Victoria en más de una ocasión, y ahora la prometida del duque está convencida de que se trata de una jugada pensada. «Cada sonrisa aumenta mi puñalada», le confiesa Victoria a su doncella mientras se cierra el vestido con sus manos temblorosas.

La tensión entre ambas alcanza su umbral máximo, cuando Victoria lanza un ultimátum a José Luis: «O ella se va, o esto se convierte en un escándalo que ni tú podrás», pero Mercedes no entra en miedo. Con cada una de sus palabras vuelve a demostrar que no va a ceder terreno, y su picardía podría ser capaz de romper el frágil soporte familiar.

En el interior de la biblioteca, Mercedes pasa las hojas de un libro de cuentas viejas con fingida atención, pero sus ojos no leen cifras, persiguen otras cosas. “¿Crees que no sé lo que ocultas en el cajón de tu escritorio, José Luis?”, se deja deslizar murmurando para sí, mientras acaricia con un dedo el lomo de un libro polvoriento.

Fuera, Victoria asoma a la puerta y ve la escena, y su cara se endurece: ya ha comprendido que Mercedes juega con fuego y que ella puede ser la siguiente en incendiarse. Aquella noche, en un descuido de los sirvientes, Mercedes entra en las habitaciones de Victoria. No roba nada, pero deja un abanico roto, igual que aquel que a su vez la propia Victoria perdió hacía ya semanas en un paseo con José Luis.


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