La mantequilla, ese básico que no suele dar pie a debate en la cesta de la compra, ha dejado de ser un producto anodino para convertirse en protagonista. Lo usamos sin pensar: untada en la tostada, fundida en la sartén, escondida en masas, bizcochos o salsas. Pero no todas las mantequillas son iguales, y lo que dice la OCU al respecto cambia las reglas del juego por completo.
Desde hace años, existe cierta preocupación por el contenido graso de este alimento. Sin embargo, ahora la conversación va mucho más allá. No se trata solo de si engorda o no. La clave está en su composición, su proceso de elaboración y su origen. Y ahí es donde el informe de la OCU aporta luz.
8El consejo de la OCU: menos cantidad, más calidad

Lo que propone la OCU no es un cambio radical. No sugiere dejar de consumir mantequilla ni optar por alternativas procesadas. Simplemente invita a elegir mejor. A pagar un poco más por algo que vale la pena, que aporta sabor, nutrición y respeto por el entorno.
Y cuando se hace así, esa pequeña diferencia se nota en cada bocado.