El mal olor en la lavadora aparece sin previo aviso. Un día abres la puerta y te recibe un olor rancio, húmedo, que parece haber impregnado incluso la ropa recién lavada. No es que no limpies, ni que uses mal el detergente. Es que, con el tiempo, la humedad, los restos de jabón y la cal se combinan y crean un ambiente ideal para que los olores se acumulen. Y entonces el ciclo comienza: intentas camuflar el olor, echas más suavizante, más detergente… y solo empeora.
Lo peor es que ese olor se queda. Se agarra a las toallas, a las camisetas, incluso a la ropa interior. Y da igual cuántos programas de lavado pongas: si no atacas el problema desde dentro, seguirá ahí. Afortunadamente, no hace falta gastar un dineral en productos químicos ni llamar a un técnico. En Mercadona hay una solución barata, natural y efectiva que puede devolverle a tu lavadora ese olor a limpio que ya no recuerdas.
3Prevenir es mejor que remediar

Este truco funciona, pero no basta con hacerlo una vez y olvidarse. Una de las claves para mantener la lavadora en buen estado es no cerrarla al terminar el lavado. Puede parecer un gesto sin importancia, pero dejar la puerta abierta permite que el aire circule y evita que la humedad se condense en la goma y el tambor.
Con el tiempo, esa humedad es la que causa los malos olores. Se mete en cada rincón, y es ahí donde el vinagre actúa mejor, disolviendo residuos y evitando que se forme moho. No necesitas hacer una limpieza profunda cada semana, pero mantener ciertas rutinas, como esta, marca una diferencia enorme en el largo plazo…