La intriga en «La Promesa» no da respiro, y cada nuevo capítulo hace aún más preguntas que respuestas. El regreso de Manuel a palacio, la arriesgada alianza entre Leocadia y Lorenzo, el misterioso regreso de Toño son solo algunos de los ingredientes que mantienen en vilo a los espectadores. La serie ha construido una red de mentiras tan compleja que cada uno de los personajes parece moverse como un peón en un tablero de ajedrez.
Este último episodio no solo ahonda en los conflictos presentes, sino que además atrapa a todos los personajes en giros inesperados capaces de cambiar el rumbo de la historia. Desde Eugenia, que no está dispuesta a ceder a las amenazas, hasta Ángela, que toma la peligrosa decisión de robar a Leocadia, los personajes muestran que están dispuestos a lo que sea para conseguir aquello que ansían.
1UNA ALIANZA INESPERADA

Una mujer acorralada en La Promesa no puede subestimarse; Leocadia es sin duda un claro ejemplo de tal enseñanza. Lo que más puede personificar una experiencia pragmática es la decisión que toma la marquesa acosada por las amenazas de Eugenia de llegar a las últimas consecuencias, que no son otras que las de unirse a su antiguo rival, Lorenzo. Esta unión, producida por la coincidencia y el miedo, puede ser el principio del fin de Eugenia.
Pueden compartir un objetivo claro: convencer a Alonso de que su esposa no se encuentra en sus cabales y de que ha de volver a la clínica. Su arma más poderosa es la duda y si logran sembrar en el marqués esta semilla, Eugenia podría perderlo todo. ¿Pero en realidad Alonso se dejará embaucar por sus artimañas o su lealtad hacia su esposa será capaz de capear el temporal que le lanza Leocadia?
Pero lo más parecido a la inquietud es el precio que ha de ser pagado por Leocadia al haber tomado este camino. Lorenzo es un hombre que no actúa de acuerdo a la buena voluntad, y seguramente una colaboración de tal tipo ha de ser necesaria pagarla con peaje. En «La Promesa» todos los favores han de pagarse, incluso cuando sean los de la Eterna Parca. Poco importa que se trate de la vida como metáfora, tarde o temprano llega el momento de la forma que sea.
Detrás de esta estrategia psicológica fascinante, estaba la situación de Leocadia a la que le costaba mucho dejar de controlar todo. Ahora dependía de Lorenzo, un hombre que había demostrado ser tan calculador como ella. Por su parte, Eugenia no será una víctima sencilla; su agudeza y determinación podrían hacer revertir el plan en contra de sus enemigos, si ella descubre la traición de Lorenzo; entonces quedará evidente que la venganza es inevitable.