Usar el móvil mientras se conduce siempre ha sido un tema delicado. Lo que hasta hace poco muchos consideraban un gesto inofensivo, hoy puede salirte muy caro. La DGT ha decidido endurecer las normas, y lo ha hecho sin rodeos. Ahora, ni siquiera necesitas tener el teléfono en la mano para llevarte una sanción. Basta con rozar la pantalla.
Este cambio ha generado una oleada de dudas entre los conductores. Lo que antes parecía estar permitido, hoy entra directamente en la lista de infracciones. El objetivo es claro: reducir los accidentes provocados por distracciones.
3¿Quién vigila que no lo hagas?

El despliegue de tecnología es tan amplio como efectivo. La DGT ha invertido en una red de cámaras inteligentes que detectan infracciones de forma automática. Estan por todas partes, tanto en autovías como en calles urbanas. Y no vienen solas.
Drones, helicópteros y coches camuflados completan el equipo. Estos recursos no solo buscan conductores sin cinturón o en exceso de velocidad. También están centrados en quienes miran o tocan su móvil. Porque, según explican desde la propia DGT, las distracciones ya no son un descuido menor: son una de las principales causas de accidente.