domingo, 11 mayo 2025

Tu casa gasta luz sin que lo veas: El consumo ‘fantasma’ de este aparato te fulmina la factura

Llegar a fin de mes se ha convertido en una suerte de deporte olímpico para muchas familias españolas, y la factura de la electricidad suele ser uno de los saltos más complicados de superar. Lo que muchos desconocen es que, más allá del consumo evidente cuando encendemos un electrodoméstico, existe un goteo silencioso y constante de luz que engorda el recibo sin que nos percatemos, un enemigo invisible que opera en la sombra y al que popularmente se conoce como consumo ‘fantasma’. Este fenómeno, lejos de ser una anécdota, puede suponer un porcentaje nada despreciable del gasto energético total de un hogar, transformando pequeños descuidos en un auténtico agujero para el bolsillo.

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Este consumo en ‘stand-by’ o en reposo es el responsable de que muchos aparatos sigan tirando de la red eléctrica incluso cuando creemos que están apagados. Desde el televisor con su piloto rojo encendido hasta el cargador del móvil que dejamos enchufado por costumbre, pasando por una miríada de dispositivos modernos que esperan pacientemente nuestras órdenes, todos contribuyen a esta sangría energética. Identificar a los principales culpables y adoptar medidas sencillas puede marcar una diferencia sustancial, no solo para nuestra economía doméstica, sino también para un uso más responsable de los recursos y, por ende, para el medio ambiente, una cuestión que cada vez preocupa más a la ciudadanía consciente del impacto de nuestro consumo de luz.

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LA OFICINA EN CASA: ORDENADORES Y PERIFÉRICOS EN VIGILIA PERMANENTE

Fuente Pexels

Con el auge del teletrabajo, muchos hogares han replicado pequeñas oficinas, y con ellas, sus propios focos de consumo residual. El ordenador de sobremesa, si no se apaga completamente y se deja en suspensión o hibernación, sigue utilizando una cantidad significativa de electricidad para mantener la memoria RAM activa y permitir un reinicio rápido. Lo mismo ocurre con los ordenadores portátiles cuando, en lugar de apagarlos, simplemente bajamos la tapa, dejándolos en un estado de letargo que consume luz de manera paulatina pero incesante.

Los periféricos asociados tampoco se libran de esta dinámica perniciosa para el ahorro. Las impresoras multifunción, que a menudo permanecen encendidas esperando un trabajo de impresión o un escaneo, o los monitores que se quedan con la pantalla en negro pero sin desconectarse de la corriente, son otros ejemplos claros. Incluso los cargadores de portátiles, móviles o tabletas, si se dejan enchufados a la pared sin el dispositivo conectado, pueden seguir consumiendo una pequeña cantidad de energía, un fenómeno conocido como «consumo vampiro» que, sumado al de otros aparatos, impacta en el gasto total de luz.


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