viernes, 9 mayo 2025

Tu casa gasta luz sin que lo veas: El consumo ‘fantasma’ de este aparato te fulmina la factura

Llegar a fin de mes se ha convertido en una suerte de deporte olímpico para muchas familias españolas, y la factura de la electricidad suele ser uno de los saltos más complicados de superar. Lo que muchos desconocen es que, más allá del consumo evidente cuando encendemos un electrodoméstico, existe un goteo silencioso y constante de luz que engorda el recibo sin que nos percatemos, un enemigo invisible que opera en la sombra y al que popularmente se conoce como consumo ‘fantasma’. Este fenómeno, lejos de ser una anécdota, puede suponer un porcentaje nada despreciable del gasto energético total de un hogar, transformando pequeños descuidos en un auténtico agujero para el bolsillo.

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Este consumo en ‘stand-by’ o en reposo es el responsable de que muchos aparatos sigan tirando de la red eléctrica incluso cuando creemos que están apagados. Desde el televisor con su piloto rojo encendido hasta el cargador del móvil que dejamos enchufado por costumbre, pasando por una miríada de dispositivos modernos que esperan pacientemente nuestras órdenes, todos contribuyen a esta sangría energética. Identificar a los principales culpables y adoptar medidas sencillas puede marcar una diferencia sustancial, no solo para nuestra economía doméstica, sino también para un uso más responsable de los recursos y, por ende, para el medio ambiente, una cuestión que cada vez preocupa más a la ciudadanía consciente del impacto de nuestro consumo de luz.

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LOS VAMPIROS ELÉCTRICOS QUE ACECHAN EN TU SALÓN

Fuente Pexels

El salón suele ser el epicentro de la vida familiar, pero también el nido de algunos de los mayores consumidores ‘fantasma’ de nuestro hogar. El televisor, ese compañero inseparable de tantas veladas, es uno de los sospechosos habituales; incluso apagado con el mando a distancia, su lucecita roja o el sistema de encendido rápido siguen demandando energía. A su lado, el decodificador de la televisión de pago o el reproductor de Blu-ray, que a menudo muestran un reloj o esperan una actualización, también contribuyen sigilosamente al incremento de la factura de la luz, sumando vatios de forma continua y silenciosa durante las veinticuatro horas del día.

No podemos olvidarnos de las consolas de videojuegos, que en sus modos de reposo pueden estar descargando actualizaciones o manteniendo la conexión a internet, lo que implica un consumo nada despreciable. Los equipos de música o las barras de sonido, especialmente aquellos con conectividad Bluetooth o Wi-Fi permanentemente activas, se suman a esta lista de pequeños vampiros energéticos que, gota a gota, acaban por desangrar nuestra cuenta corriente. La comodidad de tenerlo todo listo para usar al instante tiene un precio oculto en forma de consumo constante de luz, un peaje que pagamos sin ser plenamente conscientes de su magnitud.

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