sábado, 10 mayo 2025

Conoce el bar de Madrid con la historia más antigua, y sigue abierto

Hay rincones en nuestras ciudades que parecen susurrar historias de otro tiempo, enclaves donde el presente se funde con un pasado palpable y evocador. En el corazón de Madrid, existe un establecimiento que no solo ha visto pasar los siglos, sino que sigue latiendo con la misma vitalidad que en sus inicios, un verdadero testigo de la evolución de la capital. Este lugar no es una mera leyenda urbana ni un cuento de abuelos, sino una realidad tangible que desafía el paso implacable del tiempo, ofreciendo a quien cruza su umbral una experiencia que trasciende lo puramente gastronómico para convertirse en un auténtico viaje a través de la historia.

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No hablamos de una simple taberna con solera, ni de un restaurante que haya sabido mantener las formas durante unas cuantas décadas. Nos referimos a un monumento gastronómico, a un espacio que ostenta, con el orgullo que confiere la historia bien vivida, el título de ser el restaurante más antiguo del mundo según el Libro Guinness de los Récords, un faro de tradición en el cambiante panorama de la urbe. Sus muros han sido testigos de confidencias, celebraciones y momentos que han quedado grabados en la memoria colectiva, un legado que sigue vivo gracias a la pasión y el buen hacer de quienes lo custodian.

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UN VIAJE SENSORIAL AL CORAZÓN DEL MADRID CASTIZO

Fuente Web Botin

Cruzar el umbral de Botín es como activar una máquina del tiempo que nos transporta directamente al Madrid de los Austrias, a una atmósfera cargada de historia y autenticidad. Sus diferentes comedores, distribuidos en cuatro plantas, conservan el encanto de antaño, con sus vigas de madera vista, sus paredes de ladrillo añejo y una decoración que evoca épocas pasadas, creando un ambiente acogedor y singular. Cada rincón parece contar una historia, desde las bodegas subterráneas, que se rumorea conectaban antiguamente con otros puntos de la ciudad, hasta los salones más íntimos y reservados.

El corazón palpitante de este templo gastronómico es, sin duda, su horno de leña, una pieza original que data de la fundación del restaurante en 1725 y que, según cuentan con orgullo sus actuales propietarios, nunca se ha apagado. En este horno, alimentado con madera de encina que le confiere un aroma y sabor característicos a sus asados, se han cocinado durante casi tres siglos los platos estrella de la casa, manteniendo vivas recetas y técnicas ancestrales. Es este fuego continuo el que simboliza la pervivencia y la resistencia de Botín frente al paso del tiempo, un auténtico tesoro culinario en pleno centro de Madrid.


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