Una cosa está clara: cuando el sol aprieta, no basta con cualquier gafa. Y no solo por cuestión de estilo. La OCU lleva tiempo advirtiendo que unas gafas baratas, si no cumplen los mínimos de calidad, pueden acabar dañando tus ojos más que si no llevaras nada. Por eso, conviene mirar más allá del diseño y fijarse en lo que de verdad importa.
No se trata solo de pagar poco, sino de que ese gasto tenga sentido. ¿Qué significa que una gafa “protege”? ¿Por qué hay modelos que cuestan una fortuna y otros que no llegan ni a los diez euros? La OCU responde: lo fundamental es saber leer las etiquetas, entender qué materiales nos están ofreciendo y, sobre todo, verificar que tienen el filtro UV adecuado.
7¿Se nota la diferencia al conducir?

Muchísimo. Si vas con gafas sin antirreflejos o sin filtro UV real, los brillos del asfalto o del capó pueden deslumbrarte en el peor momento. Con unas gafas adecuadas, no solo verás mejor, también estarás más seguro. Por eso, la OCU ha destacado algunos modelos pensados específicamente para la conducción, como las SUNGAIT Retro Rectangulares, que destacan por su nitidez y su comodidad.
No es solo una cuestión de capricho, es una inversión en seguridad. Y eso, cuando se trata de carretera, no tiene precio. La OCU lo tiene claro: si conduces a menudo, unas buenas gafas no son un lujo, son una necesidad.