viernes, 9 mayo 2025

El desfiladero más peligroso de España que ahora puedes cruzar este verano, si te atreves

Hay lugares que nacen con una aureola de leyenda, rincones del planeta donde la naturaleza impone su majestuosidad de una forma tan sobrecogedora que el ser humano solo puede rendirse a su evidencia o, en un alarde de osadía, intentar domesticarla. Hubo un tiempo en que ciertos enclaves de España eran sinónimo de peligro casi inaccesible, lugares susurrados en conversaciones de aventureros y montañeros con una mezcla de temor y fascinación. Uno de ellos, quizás el más emblemático por su escalofriante belleza y su historial de fatalidades, es el Caminito del Rey, en la provincia de Málaga, un nombre que durante décadas evocó imágenes de temerarios funambulistas jugándose la vida sobre tablones desvencijados y hierros oxidados a cien metros sobre el vacío.

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Lo que antaño fue una senda aérea construida para facilitar el paso de operarios entre dos saltos hidroeléctricos, se convirtió con el paso del tiempo en un mito para los amantes del riesgo extremo, hasta que su estado ruinoso obligó a su cierre. Sin embargo, como el ave fénix, este increíble pasadizo ha resurgido de sus cenizas, transformado gracias a una ambiciosa y espectacular rehabilitación en una experiencia que, aun conservando la emoción del vacío bajo los pies, ahora se ofrece con todas las garantías para que cualquiera, con un mínimo de arrestos y ganas de aventura, pueda sentir la grandiosidad del Desfiladero de los Gaitanes este mismo verano.

CUANDO EL VÉRTIGO TENÍA UN NOMBRE PROPIO EN ESPAÑA: LA LEYENDA NEGRA DEL CAMINITO

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La historia original del Caminito del Rey se remonta a principios del siglo XX, cuando la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, propietaria de los Saltos del Gaitanejo y del Chorro, necesitó una vía de acceso para sus trabajadores. Esta pasarela, clavada literalmente en las paredes verticales del cañón, permitía el transporte de materiales y la vigilancia de las instalaciones, convirtiéndose en una obra de ingeniería asombrosa para la época, aunque con los años su mantenimiento se descuidó, iniciando así su declive hacia la peligrosidad extrema que lo hizo famoso en toda España.

El nombre, según cuenta la tradición popular, se lo debe al rey Alfonso XIII, quien recorrió esta infraestructura en 1921 para la inauguración de la presa del Conde del Guadalhorce, un hito que bautizaría para siempre la senda aérea. Con el abandono progresivo de su función original, el Caminito se fue deteriorando de manera alarmante, perdiendo tramos enteros de hormigón y dejando a la vista solo las vigas metálicas corroídas, lo que no hizo sino acrecentar su leyenda negra y atraer a escaladores y aventureros de todo el mundo, ávidos de emociones fuertes en este rincón de España.

DE RUINA MORTAL A OBRA MAESTRA DE LA INGENIERÍA: LA RESURRECCIÓN DE UN ICONO MALAGUEÑO

Los numerosos accidentes mortales que jalonaron su historia más oscura obligaron a las autoridades a clausurar oficialmente el acceso a finales del siglo XX, demoliendo incluso sus tramos iniciales para disuadir a los más osados. Pero la fascinación por el lugar era tal que, a pesar de las prohibiciones y el evidente riesgo, muchos seguían colándose para experimentar el vértigo de un recorrido que se había ganado a pulso el título del «sendero más peligroso del mundo», un calificativo que resonaba con fuerza en cada rincón de España.

La Diputación de Málaga, consciente del potencial turístico y del valor patrimonial del enclave, impulsó un ambicioso proyecto de rehabilitación integral que culminó en 2015 con su reapertura. La nueva pasarela, construida con materiales modernos y seguros como madera y acero anclados a la roca, discurre en muchos tramos por encima de la antigua, permitiendo al visitante contemplar los restos del camino original y comprender la magnitud del desafío que suponía recorrerlo antaño. Esta transformación ha convertido un símbolo de peligro en un referente del turismo activo en España.

LA EXPERIENCIA ACTUAL: PASOS COLGANTES SOBRE EL ABISMO Y ADRENALINA CONTROLADA

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Hoy en día, cruzar el Caminito del Rey es una experiencia emocionante pero completamente segura, apta para un público amplio siempre que no se padezca de un vértigo insuperable. El recorrido, de unos tres kilómetros de pasarelas y casi ocho en total incluyendo los accesos, ofrece unas vistas espectaculares del Desfiladero de los Gaitanes, con el río Guadalhorce fluyendo más de cien metros por debajo y paredes que alcanzan los setecientos metros de altura, un espectáculo natural que impresiona desde el primer momento en esta zona de España.

La sensación de caminar suspendido en el aire, especialmente en el tramo del puente colgante que une las dos paredes del cañón, es inolvidable, una mezcla de adrenalina y asombro ante la belleza salvaje del entorno. La infraestructura cuenta con todas las medidas de seguridad, incluyendo el uso obligatorio de casco, y está perfectamente señalizada, lo que permite disfrutar del paisaje sin las preocupaciones que atenazaban a los antiguos «visitantes» de este paraje único en el sur de España.

MÁS ALLÁ DE LA PASARELA: UN SANTUARIO NATURAL EN EL CORAZÓN DE ANDALUCÍA

El Caminito del Rey no es solo una proeza de la ingeniería o una atracción para buscar emociones; es también la puerta de entrada a un Paraje Natural de extraordinaria riqueza biológica y geológica. El Desfiladero de los Gaitanes, un cañón excavado por el río Guadalhorce a lo largo de millones de años en las rocas calizas y dolomías, alberga una variada flora y fauna, incluyendo especies protegidas como el águila real, el buitre leonado o la cabra montés, que a menudo pueden avistarse durante el recorrido, ofreciendo un valor añadido a la visita en esta comarca de España.

Las formaciones rocosas, con sus pliegues y fallas, cuentan la historia geológica de la región, un libro abierto para los aficionados a esta ciencia y un espectáculo visual para cualquier visitante. El entorno de los embalses del Guadalhorce, Tajo de la Encantada y Gaitanejo, con sus aguas turquesas rodeadas de pinares, complementa la experiencia, ofreciendo espacios para el esparcimiento y la contemplación antes o después de enfrentarse al desafío de las pasarelas, un entorno que es un tesoro natural para España.

EL DESAFÍO VERANIEGO: ¿QUIÉN SE ATREVE CON EL GIGANTE DE LOS GAITANES ESTE AÑO?

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Afrontar el Caminito del Rey este verano se presenta como una aventura accesible pero que requiere cierta planificación, ya que la demanda de entradas suele ser alta, especialmente en temporada alta. Es fundamental reservar con antelación a través de la web oficial, eligiendo día y hora para asegurar el acceso y evitar decepciones de última hora, garantizando así una experiencia fluida y organizada en este popular destino de España. Se recomienda llevar calzado cómodo, protección solar y agua, especialmente si se realiza la visita en los meses más calurosos.

La pregunta sigue en el aire, tal como lo hacía en los tiempos de su prohibición, aunque ahora con un cariz diferente: ¿quién se atreve? Ya no es un desafío a la muerte, sino una invitación a superar el miedo a las alturas y a disfrutar de una de las obras de ingeniería y uno de los paisajes más impresionantes que se pueden encontrar. El Caminito del Rey espera, listo para ofrecer una dosis de historia, naturaleza y adrenalina controlada, a todos aquellos que busquen una experiencia memorable en el corazón de Málaga y, por extensión, de España.


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