La pregunta parece sencilla, pero la respuesta está lejos de serlo. ¿Cuánto puedes beber antes de que un control de alcoholemia te juegue una mala pasada? Lo cierto es que la DGT lleva años recalcando que la única cifra segura es cero. Ni una copa. Ni media cerveza. Ni ese vino que te ofrecen en la comida “porque solo es uno”. Cuando se trata de ponerse al volante, la prudencia no debería ser una opción, sino una norma personal.
Aun así, sigue habiendo dudas. Mucha gente cree que una o dos cervezas no hacen daño, o que si comes algo antes de beber, estás a salvo. Pero la DGT ha sido muy clara al respecto. No existe una regla matemática que diga “dos cañas sí, tres no”. Porque el alcohol no se comporta igual en todos los cuerpos. Depende de tantas cosas que intentar encontrar una cifra exacta es como jugar a la ruleta.
3Incluso una sola cerveza puede ponerte en riesgo

Aquí viene lo delicado. Muchas personas piensan que mientras no se sientan “afectadas”, están a salvo. Pero la realidad es que el alcohol empieza a reducir tus capacidades desde la primera copa. Y cuando vas al volante, cada milésima de segundo cuenta. Tu tiempo de reacción se alarga. Tu atención se dispersa. Tu capacidad de tomar decisiones se resiente. Todo esto puede pasar aunque no des positivo en el alcoholímetro.
La DGT lo deja claro: la seguridad no empieza en el momento en que soplas, sino desde que decides si vas a beber o no. Porque aunque no superes el límite legal, puedes estar poniendo en peligro tu vida y la de quienes comparten la carretera contigo. No es cuestion de multas, es cuestión de responsabilidad.