Rafael ha alcanzado en Valle Salvaje un punto límite en el que ni tan solo el amor puede atravesar. Durante varios meses, soportó escarceos furtivos, miradas cómplices y el interminable esfuerzo de no hacer saber a su madre que mantenía una relación con Adriana. Sin embargo, algo ha cambiado en el último capítulo de la ficción española.
La actitud de Adriana en estas últimas semanas, unida a las insinuaciones de Julio, ha ido desgastando su paciencia. Ahora, ya no está dispuesto a seguir viviendo a medias, a ir escudándose como si el amor que siente por ella fuese algo de lo que debe sentirse avergonzado.
3LAS SOMBRAS DEL PODER EN VALLE SALVAJE

Mientras Rafael y Adriana batallan con su pena, Julio desliza su avance como el de un jugador de ajedrez. Su misión siempre ha estado en su mente: establecer su matrimonio con Adriana y afirmar su posición en Valle Salvaje. La separación entre su hermano y Adriana no es un descalabro para él, por el contrario, aparece como una oportunidad. Con Rafael saliendo del juego, queda el camino libre. Y no solo es Julio quien mueve piezas.
La llegada de los Condes de Castromayor introduce una capa más de intriga. El matrimonio noble no viene solamente a rendirse a la hospitalidad de Valle Salvaje; tienen interés en conocer a la futura esposa del duque. Para Victoria, esto se convierte en una prueba de fuego. Si fracasa en cautivarles, su posición podría tambalearse. Y en un lugar en que el poder se mide en influencias, un paso desviado de la rectitud puede costarle lo poco que realmente tiene.
¿Qué papel jugará Úrsula en este nuevo escenario? Si verdaderamente existe algo oscuro en su acercamiento a Rafael, los Condes podrían ser fichas importantes de su juego. Mientras tanto, Julio contempla, con ansias de calculo. Sabe que el caos es el mejor aliado de los ambiciosos, y con Valle Salvaje, el caos acaba de empezar.
Los Condes no son meros convidados; son jueces. La opinión con que puedan juzgar a Victoria podría tener repercusiones en estratégicas de las próximas alianzas, y Julio es consciente de que esto podría suceder. En consecuencia, actúa sin prisa, con sutileza, para asegurarse de que todo le salga bien.