El drama de La Promesa es incansable. El capítulo 589 de la serie, que se emitió este martes 6 de mayo, expresa toda una serie de emociones que dejan sin aliento a la audiencia. Con unos espectaculares giros argumentales que cambian radicalmente el sentido y el curso de la historia, la ficción hace uso de los peligrosos pactos, dando paso a que cada uno de los instantes que se viven es un pequeño movimiento más hacia el clímax de la temporada.
La tensión entre Eugenia y Leocadia llegará en este nuevo capítulo de hoy a niveles insospechados, mientras que los planes de Catalina con Adriano, y la investigación de Curro, son otros elementos que aportan intriga a una historia que de por sí misma es adictiva.
2AMOR ENTRE SOMBRAS

Catalina y Adriano han dado forma a su amor como una conspiración de La Promesa porque saben que allí los matrimonios se pactan como negociaciones; es evidente que el cónclave en el que pudiera producirse su unión no sería un buen lugar para ellos; por eso precisan que su boda no solo sea un acto de amor, sino también un desafío a lo convencional.
Sabiendo que Samuel será cómplice, confían en su discreción, en la válvula de escape que son los secretos; sin embargo, también lo arriesgan. Desconfiar de Leocadia no es cuestión de paranoia—es instinto de supervivencia. Catalina ha visto demasiadas cosas para creer en ocurrencias. Si la dueña del palacio siente que están tramando algo, entonces se verá obligada a intervenir, sin dudar y sin dejarles espacio de maniobra.
Y lo que diga Adriano, por mucho valor que tenga, quizás no sea el mejor de los escudos si ella decide actuar. Su única baza es el factor sorpresa, pero en un lugar donde las paredes tienen oídos, ese secreto podría tener una corta duración. Por su parte, Petra sigue siendo un misterio aterrador. Su súbita metamorfosis puede ser verdadera o una maniobra premeditada. Las criadas no se fían porque son conscientes de que, en el servicio, nadie varía sin razón.
Si Petra es objeto del juego que Leocadia tiene entre manos, puede convertirse en el elemento que descabale los propósitos de Catalina. O en su igualmente desafortunada contrapartida, ella puede ser quien termine ayudándolos. Así, en este juego de apariencias también lo poco más ínfimo puede desbaratar a toda una serie de personas.