Hay pocas cosas que arruinen más el final de un buen puente que un atasco interminable. Te has pasado días descansando, desconectando, viendo mar o campo, respirando algo que no sea ciudad… y de repente, cuando crees que aún te queda un último rato de tranquilidad, te encuentras metido en una fila de coches que no avanza. Ni para delante, ni para atrás. Y ahí estás, mirando el reloj, suspirando, imaginando lo bien que habría sido haber salido antes. O después. O simplemente no haberte confiado.
Pero aún estás a tiempo. Porque sí, hay formas de evitar el atasco, de regresar con calma, sin perder el buen sabor de boca de estos días. Solo hay que tener un poco de picardía, prestar atención a los detalles, y sobre todo, no hacer lo mismo que todo el mundo hace. A veces la clave está en pensar diferente, aunque solo sea media hora antes o una carretera alternativa más.
8Volver bien es parte del descanso

El viaje de vuelta también es parte del puente… No lo veas como un trámite, sino como el cierre del descanso. Llegar a casa sin sobresaltos, sin horas perdidas, sin enfados en la carretera, cambia la forma en que recuerdas todo el fin de semana. Por eso evitar un atasco no es solo una cuestión práctica, también es emocional.
Cuando llegas bien, todo encaja, y ls DGT descansa. Y para eso no hace falta suerte, hace falta previsin. Cambiar un par de detalles puede transformar tu regreso. Así, el puente no termina con un claxon, sino con un sofá, una ducha y la sensación de que, esta vez, lo hiciste bien desde el principio hasta el final.