El salmón ahumado lleva tiempo siendo ese producto estrella que da un toque especial a la mesa. Versátil, sabroso, rápido. Lo encuentras en cualquier supermercado, en bandejas que prometen frescura y calidad. Pero justo cuando pensabas que sabías lo que estabas comprando, llega un estudio que cambia todo. Y no es un estudio cualquiera, es uno de esos que deja huella. La OCU ha puesto el foco, y lo que ha encontrado no va a gustarte.
Lo que parecía un alimento fiable y más o menos similar según la marca, en realidad esconde muchas diferencias. Diferencias que no siempre se notan al mirar el envase, pero que están ahí, en el sabor, la textura, la composición. Después de ver los resultados, seguir comprando las mismas marcas sin dudarlo va a ser más difícil. Porque la OCU ha puesto nombres y puntuaciones, y no todos salen bien parados.
3La frescura también se evalúa

Una de las variables más interesantes que se ha considerdo en el análisis es la frescura. Aunque parezca algo difícil de medir, hay parámetros que lo indican con claridad. Y ahí también hay diferencias importantes. Algunas marcas han destacado por ofrecer un producto más fresco, mientras que otras han quedado rezagadas. La OCU ha sabido marcar bien esas distancias.
No todo el salmón que compras tiene la misma vida útil, ni el mismo tiempo de conservación desde su envasado. Y eso se nota. En el sabor, sí, pero también en la forma en que el pescado se comporta al abrirlo, al separarlo, al servirlo. Saber eso antes de comprar puede evitarte más de un chasco. Por eso el trabajo de la OCU es tan valioso en este sentido.